“En momentos de emoción se dicen cosas que no deberían haberse dicho”, dijo hoy el australiano en su página de Internet.
El domingo, Webber tuvo que disputar la carrera con un alerón delantero viejo, porque el único nuevo se lo desmontaron los mecánicos para colocarlo en el bólido de su compañero, el alemán Sebastian Vettel.
No obstante, el piloto australiano ganó la carrera y comentó a través de la radio de los boxes: “No está tan mal para un segundo piloto”.
Ese comentario es “un ejemplo del sarcasmo australiano”, aseguró hoy Webber. Inmediatamente después de la carrera todo sonaba muy distinto cuando el tercero de la clasificación del Mundial puso incluso en duda la prolongación de su contrato con Red Bull.
Webber opinó al respecto: “La presión y la competición en la Fórmula 1 son muy fuertes, de modo que alguna vez bullen las emociones y la adrenalina”.
Ya no existen diferencias con Vettel. “Sé que tengo un excelente piloto como compañero de equipo, tal como debe ser. Intercambiamos informaciones en las reuniones del equipo y aportamos nuestra contribución al desarrollo y mejora de los coches. Seb y yo no somos enemigos, sino dos pilotos que lo dan todo para ellos mismos y para el equipo, así de sencillo”.
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