Con la fiereza y la fuerza de unos 1.000 “Malacrianzas”, un Toro Loco enorme vestido de rojo y amarillo fue el primer ganador en la noche de apertura de las competencias del Monster Jam en suelo tico.
Dicho torneo, que lleva a cabo un mundial en el que se incluye en Costa Rica, tuvo ayer la primera de cuatro actividades que se disputarán entre el viernes y mañana.
La química que tiene Toro Loco con el público costarricense quedó patente desde que el gigante de hierro salió a la embarrialada pista.
Lupe Sosa, tejano de origen latino que fue uno los pilotos que vinieron al país hace seis años, con el primer Monster Jam, sabe de esa empatía por el monstruoso toro y puso a vibrar el Saprissa en la competencia de donas, en la que los vehículos deben girar sobre un mismo punto a gran velocidad.
“Hoy solté el toro por ustedes, es cierto que la pista está resbalosa, pero me estoy divirtiendo mucho”, expresó Sosa tras la victoria.
Ante unas 9.000 personas presentes y eufóricas por el regreso del Monster Jam al país, la segunda prueba de la noche calentó aún más, pues se trató de los famosos piques de velocidad en los que el ruido del motor revoluciona los corazones de todos los que admiran a las máquinas más grandes de las competencias de motores en el mundo.
Y es que además de ver tales máquinas, la emoción sube solo con el sonido de vehículos con 10.000 centímetros cúbicos, 2.000 caballos de fuerza y cuatro toneladas de peso.
Así, estridentes y poderosos, los ochos monstruos se enfrentaron en la tanda de velocidad, en la que las decepciones fueron Scooby Doo y Spiderman, bastante lentos.
Tras el primer heat quedaron fuera Ironman, Toro Loco, Spiderman y Scooby Doo, y pasaron Monster Energy, Grave Digger, El Diablo y el estrafalario Max D.
En semifinales El Diablo dio cuenta de Grave Digger y Monster Energy de Max D, y en la final fue Monster Energy, conducido por Damon BradShaw, quien aceleró más y se dejó los laureles.
Max D sorprendente. Para el cierre fue la locura de los pilotos de estos gigantes la que marcó la pauta, ya que en el freestyle (saltos en estilo libre) vale el poco miedo al riesgo.
Y allí venció Max D, la cuarta evolución del Maximun Destruction, más agresivo y temerario.
Sin importar el barrial presente, Max D saltó cuanta montaña había y destrozó buses y carros, todo con tal de dejarse su primera victoria y ganarse a un público que comenzó a vibrar con su Toro Loco.