Hockenheim, Alemania (DPA). El alemán Sebastian Vettel quiere aprovechar el domingo la ventaja de correr en casa en Hockenheim y mejorar posiciones de cada a la disputa del título mundial de Fórmula 1, así como tomarse la revancha con su compañero de equipo en Red Bull, Mark Webber.
Vettel, la gran esperanza local, desea dar una lección al australiano en su particular pelea interna en Red Bull y pasar a la ofensiva en la lucha por el campeonato, donde necesita una victoria en el Gran Premio de Alemania para recortar distancias con los primeros.
“Ahora debemos concentrarnos y esforzarnos lo máximo en las carreras que restan. Así todo es posible”, dijo el piloto alemán.
Vettel no quiere ser batido con tanta claridad como la carrera pasada en Silverstone y además no ha olvidado que el año pasado Webber le robó el show con su triunfo en el Hockenheimring.
Además, las palabras de Webber después de Silverstone, con las que se quejó de que el alemán es el preferido en Red Bull, dejaron una cuenta pendiente con el piloto australiano de 33 años.
“Nunca habría firmado un contrato para el próximo año si hubiera pensado que las cosas iban a continuar de esta manera”, dijo entonces Webber, que en Gran Bretaña describió la situación en su equipo de “extraordinaria”.
Webber se quejó de que el nuevo alerón delantero fuera para su compañero de equipo y no para él. “Veremos lo que ocurre en el futuro”, agregó el australiano, que en la radio del equipo, tras pasar primero la línea de meta en Silverstone, señaló: “No está mal para el piloto número dos”.
“Lo importante ahora es que no nos ofusquemos”, dijo por su parte Vettel. “La Fórmula 1 es un negocio de corta duración. Hoy se es el héroe, mañana el tonto y pasado mañana el superhéroe”.
En todo caso, el joven Vettel, de 23 años, es la mayor atracción en Hockenheim, aún cuando el dúo de McLaren, Lewis Hamilton (145 puntos) y Jenson Button (133) encabezen la clasificación general.
La euforia que genera el subcampeón mundial, con un “camp Vettel” y una “tribuna Vettel”, recuerda al entusiasmo que despertó el heptacampeón Michael Schumacher en sus días de gloria.
“Las carreras en casa tienen siempre algo especial. Lástima que tenga que compartirlo con otros cinco alemanes”, dijo Vettel con sonrisa picaresca.
Sin duda alguna, la mayor historia de la clase reina del automovilismo la brindan en estos días los “gallos de pelea” Vettel y Webber. En la pista, los duelos son despiadados y entre bastidores bulle la lucha por obtener el favor del equipo.
La reconciliación tras el choque de Estambul a finales de mayo resultó ser sólo una paz a medias, como lo demostró el estallido de Silverstone. “En visperas de una carrera, parece que se producen ciertos cambios en los cerebros de los pilotos. Pero en realidad nos sentimos optimistas de que en el futuro todo vaya bien”, dijo el jefe de motores de Red Bull, Helmut Marko, a la emisora Servus TV.
Sin embargo, Webber dejó hoy claro que lo que dijo en Gran Bretaña fue muy pensado. “No lamento nada”, aseguró el piloto en Hockenheim.
El propietario del equipo, el multimillonario austriaco Dietrich Mateschitz, llamó al orden pero rechazó imponer una jerarquía. Webber se quejó de que Red Bull favorece a Vettel, casi once años más joven, porque encaja mejor en la imagen de mercado del consorcio de bebidas energéticas.
“En estas situaciones uno aprende a conocer el verdadero semblante de la gente”, soltó Vettel, que en la lucha por el título, no puede contar con la ayuda de su compañero de equipo.
Al fin y al cabo, Webber, tercero en la clasificación con 128 puntos, siete más que Vettel, tiene la posibilidad del proclamarse campeón del mundo en el ocaso de su carrera.
“Vamos a ver como discurre la cosa en el futuro. Continuaré como hasta ahora y confío en que sea suficiente”, dijo el australiano.