Sao Paulo (AFP). La hora de la verdad se acerca para Fernando Alonso, Mark Webber, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton, cuatro hombres en lucha cerrada por el título de campeón del mundo de la Fórmula 1, cuyo destino en parte será develado en el Gran Premio de Brasil, que se disputará el domingo en Interlagos.
Apenas 25 puntos separan al español Alonso (Ferrari) del cuarto en la clasificación, el alemán Vettel (Red Bull), el piloto peor emplazado con vistas a la consagración final. Entre ambos, el australiano Webber, también a bordo de un Red Bull, navega a once unidades del asturiano, mientras que el inglés Hamilton (McLaren) lo hace a 21.
Alonso parece estar en el lugar justo para apropiarse de su tercera corona mundial. En 2005 y 2006, cuando corría para Renault, alcanzó el campeonato de la categoría mayor del automovilismo en Brasil. Reincidir en el circuito paulista de Interlagos, donde jamás ganó, lo motivará forzozamente aunque el temperamental piloto se niegue a admitirlo.
"No quiero pensar que el guión pueda repetirse por tercera vez: se que existe una posibilidad teórica pero no cuenta para mí. Queremos enfrentar este Gran Premio como todos los anteriores, concentrados en nosotros mismos, con los pies sobre la tierra", dijo el asturiano.
La versión 2010 de Fernando Alonso se presenta prudente porque sabe que los once puntos de ventaja representan una seguridad totalmente relativa debido a las unidades en juego: 25 para el ganador, 18 para el segundo y 15 para el tercero.
"Basta una carrera para revertir la situación", observa el piloto español en ese sentido.
Alonso sabe muy bien que su condición de líder del campeonato, alcanzada en el Gran Premio de Corea del Sur, se debe sobretodo a un cúmulo de circunstancias excepcionales.
Sin una salida de pista de Webber y la rotura de motor que experimentó Vettel, que se digiría a una victoria fácil en Yeongam, Alonso jamás habría subido al primer lugar del podio. Hizo falta entonces un buen regalo de los Red Bulls, pero su generosidad tiene límites.
El australiano triunfó en el GP de Brasil en 2009 pero su suceso fue eclipsado por la consagración de Jenson Button.
Su orgullo además está tocado por recientes comentarios del ex piloto austríaco Gehrard Berger, quien sugirió que Webber se había accidentado voluntariamente para perjudicar con su choque a adversarios potenciales.
De su lado, Hamilton, privado del título en Interlagos por un punto en 2007, y ganador del campeonato un año después en el mismo circuito, también está motivado.
"Todo el mundo tiene la intención de ganar el campeonato en este momento. No pienso demasiado en eso. Necesito sacar un buen resultado para llevar la batalla final a Abu Dhabi", afirmó.
Hamilton predijo además una definición cerrada no obstante el mejor desempeño de los Red Bulls y las Ferrari.
El alemán Vettel luce como el más perjudicado porque bien pudo haber llegado a Interlagos como líder de no ser porque el motor de su monoposto dijo basta.
"Esto habría sido mucho más simple si hubiese ganado y el motor no se hubiese roto. Pero es la vida", filosofó el germano.
"Tenemos un equipo muy fuerte, un coche muy fuerte. Sabemos que somos los más rápidos. (...) Todavía tenemos entre manos todas las cartas para jugar", adelantó Vettel.