Michael Umaña y su familia viven un cambio cultural fuerte tras su incorporación al club Persépolis FC de Irán, debido a las rigurosas leyes que imperan en esa república islámica.
Por ejemplo, el zaguero central cuenta que debe usar pantalón cada vez que sale de su casa, pues es prohibido que lo haga en pantaloneta.
Además, su esposa, Grettell Moraga, tiene que ponerse un velo en la cabeza, algo a lo que ella todavía no se acostumbra.
“El velo a veces se cae e incomoda, pero hay que respetar las reglas. Si no se cumplen, se acerca algún policía y te dice que la mujer anda un poco mal vestida, y pues hay que corregirlo, pero nada más”, describió el defensor nacional.
Para Michael está claro que los iraníes tienen una forma de pensar diferente en religión y en temas relacionados a la mujer en la sociedad.
“A lo poco que entiendo, lo que hacen es protegerla mucho. Hay un impacto al principio porque son otras costumbres y formas de vivir”, contó.
Lo más complicado para ellos, hasta el momento, ha sido los cambios en la forma de vestir, ya que no han pasado dificultades por el idioma o comida.
El exsaprissista come como si estuviera en Costa Rica, y el inglés es su principal lengua.
“Puedo decir que consigo el 95% de las cosas que como en Costa Rica. Yo hablo inglés, pero también he ido aprendiendo algunas palabras de persa, aunque es muy difícil”.
El oriundo de Santa Ana admite que el idioma de Irán le llama la atención.
“Sería muy interesante llevar clases de persa, aunque es un idioma complicado. Podría ayudar muchísimo para comunicarme con mis compañeros en el terreno de juego y en las actividades diarias”, mencionó.
El costarricense vive en Teherán, capital del país, que tiene unos 8 millones de habitantes.
Manejar sí es complicado en Irán, por lo que el equipo le dio una gran ayuda.
“El tráfico es muy denso y no es sencillo. Por dicha el club me da chofer; él me trae y me lleva. Eso me da mucha tranquilidad al trasladarme”, indicó.
El mundialista de Alemania 2006 y Brasil 2014 dice que las noticias sobre Irán que llegan a occidente pueden provocar que algunas personas crean que es un país hostil y peligroso, pero asegura que no es así.
“No sé por qué se piensa que las personas aquí son agresivas y mal encaradas, porque puedo decir que son llevaderas y muy amables. A ellos les gusta mucho que el extranjero se sienta como en casa; sí hay que respetar las reglas, pero como en todo lado.
”Acá se vive muy bien. También hay gente muy amable; en realidad, considero que nos han tratado excelente”, resaltó el central costarricense.
De a poco, Umaña y su familia se acostumbran a vivir en Irán, un país que ya los cautiva.