Redacción
Celso Borges quedó marcado por el partido en que el Deportivo La Coruña logró evitar el descenso. El volante es claro en que hay encuentros que dejan huella en el desarrollo futbolístico, pero el hecho de alcanzar la salvación ante el Barcelona, como visitantes, genera una satisfacción extrema.
El costarricense fue titular en la igualdad a dos que a la postre hace que el Dépor siga en la primera división.
"Hay muchos momentos de punto de quiebre en la carrera, pero el que me tocó vivir hoy fue impresionante. Otros partidos importantes fueron, por ejemplo, el ascenso en Noruega y los encuentros de Liga Europa con el AIK", manifestó.
Sobre el compromiso, el mundialista de Brasil 2014 destaca la forma en que los blanquiazules se levantaron luego de un 2 a 0 en contra. De hecho, hasta el minuto 76 su equipo caía por los dos goles de Lionel Messi.
"Decir que estoy contento es decir muy poco, no estaba en nuestros planes ir perdiendo 2 a 0, pero nunca dejamos de creer y me parece que hacer lo que hicimos fue algo impresionante", afirmó.
Con la permanencia, el costarricense se aseguró un contrato por los próximos dos años con los blanquiazules, además de que se consolidó como un refuerzo exitoso para el club.
Los futbolistas que llegaron al plantel en el último mercado fueron llevados con la ilusión de que impulsaran al cuadro a mantenerse en la máxima categoría.
"Muy satisfecho porque también significa que puedo quedarme dos años seguros en Coruña. Asegurarme otras temporadas en la mejor liga del mundo y estar jugando es importante para crecer. Creo que la experiencia de enfrentar a los mejores, como Messi, Neymar, Xavi e Iniesta, entre otros, nadie la puede comprar", declaró.
El balance de la temporada para el tico es muy bueno, sobre todo porque desde que llegó al Dépor acumuló muchísima regularidad, reflejada en 1.474 minutos. Marcó tres anotaciones.
"La Coruña es un lugar donde me siento muy bien; la afición y el vestuario me han acogido bien", explicó.
Celso dice que disfrutó mucho el partido, ya que le tocó ser uno de los afortunados, como él lo llamó, de despedir a Xavi Hernández del Barcelona.