Ariel Rodríguez está fascinado en Tailandia, se le nota la motivación en cómo describe cada reto cultural que ha superado y el último no fue la excepción: comer alacrán.
El jugador del Bangkok Glass aprovechó la visita de un amigo costarricense para probar el arácnido.
Antes de dar a conocer a qué sabe el escorpión, el futbolista aclaró que la mayoría de la cocina local no se compone de este tipo de platillos, sino que es una calle específica en la que se consiguen gusanos y alacranes.
“Los sirven con salsa de soya y es como meterse una cáscara de maní a la boca. Al final, yo les tuve que poner mucha salsa. Es algo que tenía que hacer por el momento, pero no lo haría todos los días, prefiero la comida thai”, reveló entre risas.
En cambio, cuenta que lo tiene enamorado una sopa a base de jenjibre, que incluye camarones, salsa curry, leche de coco y un montón de ‘matas’, según describió.
Su segunda comida favorita es la Pad thai (fideos de arroz) y en el tercer lugar pone el pollo con semillas de marañón.
“Todo tiene picante, todo. Antes no me gustaba, pero ahora me encanta, aquí soy feliz comiendo con mi esposa”, contó.
Además de la comida, el goleador se declara admirador del respeto que tiene el tailandés por su nación.
“Aquí me gusta mucho por el respeto que hay al país, todos los días suena el himno de Tailandia a las 8 a. m. y a las 6 p. m. y todo el mundo se detiene a cantarlo. Si la gente va caminando se detiene a escucharlo”, detalló.
Para el exsaprissista la principal enseñanza que le ha dado este paso en el exterior va más allá del campo de juego.
“Es una cultura totalmente diferente, aquí nadie se burla de las personas, nadie está esperando qué se pone en Facebook para hacer chota. Lamentablemente en nuestro país todos estamos pendientes de eso, ver quién actuó mal. Aquí aprendí a ver primero hacia adentro antes de criticar”, dijo.
La vida social en Bangkok es similar a la de una ciudad como Las Vegas; por algo, la segunda parte de la película ¿Qué pasó ayer? (The Hangover) se realizó en donde vive Ariel.
De hecho, el caos vial es uno de los puntos que al futbolista costarricense no le agradan; sin embargo, lo toma con humor.
“Aquí usted puede estar en una presa dos o tres horas, así que no me voy a aburrir ni quejar por la platina”, comentó sonriente.
El desorden en el transporte es tal que el atacante tiene una anécdota que no olvidará.
“Estaba en un centro comercial que está a un kilómetro de mi casa y de ahí a la casa duré tres horas en una presa; de hecho me bajé del carro y fui a comprar una pizza mientras mi esposa me esperaba y el carro no se movió; eso fue increíble”, expresó.
No obstante, para el futbolista no es un obstáculo y añadió que ya domina la paciencia cuando la locura invade las calles.
Eso sí, confiesa que en la calle hay que andar muy vivo porque se impone la ley del más fuerte.
Por los demás, continúa encontrando aspectos positivos de su paso por Asia.
“Mis hijas dominan mucho el idioma de acá, ya ellas piden la cuenta, piden comida, y se comunican muy bien”.
La arquitectura también acapara la atención del delantero.
“Por ejemplo, estuve en el Palacio Real de la ciudad y ver ahí cómo ponían cada piedra, cada gema, es algo sencillamente impresionante”, concluyó.
Tailandia enamoró a Ariel Rodríguez luego de su primer año allá, al punto que hasta probó los alacranes como comida.