El fútbol de verdad tiene esas casualidades que por más que uno busque un sitio en común, no lo encuentra. O lo encuentra si lo busca sin querer. Dejando que el acaso del juego te lleve a encontrar situaciones o personas, que te hacen transportar a tu recámara viendo una foto enmarcada con el número 6 blaugrana y su firma como guía futbolística: Xavi.
Trabajando en Dubai en el 2009, un amigo español me preguntó: "Oye Guima, veo que su hijo menor juega, si quieres le consigo una foto firmada de Xavi. Es amigo mío".
Claro que sí, le va a encantar, le dije.
El jueves 21 de mayo de 2015, cuando Xavi formalmente anuncia que será su último partido de liga vestido de blaugrana, pensé inmediatamente en todos esos acasos que te pone el deporte, cargados de tantos sentimientos encontrados.
El Deportivo La Coruña con Celso se jugaba la permanencia, el Barça con su tridente de lujo y Xavi, sobre todo él, despedirse sin sombras.
No podía empezar peor el juego, antes del minuto cinco del primer tiempo, ya el Barça iba adelante con un gol de Messi, siempre él. Era un continuo asedio del Barcelona y claro, uno pensaba: si termina así el primer tiempo, algo harán para mostrar otro juego para el segundo tiempo.
Y vino otra vez el acaso que para mí cambia el partido y sobre todo la reacción del Dépor, se lesiona el lateral izquierdo y entra el bosnio #8 y con ello el Deportivo gana respiro con bola.
Comienza el segundo tiempo y a los 60 minutos, otra vez él, Messi, pone todo más cuesta arriba: Barça 2 x 0.
A partir de ahí viene el arrebato y el dejar el libreto defensivo aprendido, y las reverencias y el respeto, para ir a por todas. Sin pensar en el acaso, este llega otra vez: rompimiento de líneas de Celso, centro, desvío del defensa y bola al pie del 7, Lucas, corunés de cepa, media vuelta, descuento y esperanza. Mientras el Camp Nou seguía en lo suyo: dónde y qué hace Xavi.
Dónde y cuándo la va meter Messi. Ya había entrado Riera, el otro 9 del Dépor formado en La Masía, y compañero de cuarto de Celso.
Más atrevimiento y otra vez el acaso: tiro libre a favor del deportivo, rebote en la barrera, pelota que cae a los pies del portugués Simao, y el corazón que vuelve a latir con vida para los de la Coruña. Luego ya se sabe como es eso, a jugar quebrando el ritmo del partido y todos a preguntar cómo iban los marcadores de los otros cotejos.
Con el empate, es hora del homenajeado, Xavi sale e Iniesta entra por él.
O sea... A seguir pariendo. Tic tac, tic tac, balón a las esquinas a sostenerla en el córner, todos atrás.
¿Cinco minutos de descuento? Nos volvemos a ver todos los del Dépor en la gradería... ¿Tanto?
Podían dar 10 minutos si quisieran, la sensación era que todos ya estaban felices.
Xavi con su despedida, Messi con su dos goles y el Dépor con la heroica salvación.
Al final, ya sabemos como es en esta situación, todos como locos abrazándose , los jugadores y afición del Deportivo, mientras que los del Barça esperando a alzar el trofeo de campeones y el aplauso de todo el Camp Nou a Xavi.
Entre ellos, saliendo de la cancha hacia el vestidor, Celso también...