Roma (DPA). Una molestia muscular sufrida por Wesley Sneijder y el habitual malhumor de Mario Balotelli son las únicas sombras en el reluciente presente del Inter de Milán, nuevamente al mando de la Serie A y que viaja a Barcelona con una buena ventaja para estar en la final de la Liga de Campeones.
Más allá de los temas de la alineación, el equipo de José Mourinho se traslada mañana a Barcelona con un prometedor 3-1 como ventaja y con la ilusión de poder recuperar en Madrid el 22 de mayo el máximo título europeo, algo que no ven en la casa “neroazurra” desde 1965.
En casa, el triunfo 3-1 el sábado ante el Atalanta y la derrota de la Roma 2-1 contra la Sampdoria le han dado de nuevo el liderato a los milaneses a falta de tres jornadas y con dos puntos de ventaja. Además, el equipo está en la final de la Copa de Italia.
“No había riesgo, estábamos pensando en el Barcelona. Estamos en tres frentes (Serie A, Copa de Italia y Liga de Campeones)”, recordó Muntari.
La dificultades en Barcelona crecerán, ya que el campeón español y de Europa no tiene otra posibilidad que ir al ataque para remontar el 3-1 de la ida con el apoyo de su gente.
Si faltara Sneijder, el Inter se quedaría sin su principal lanzador del contragolpe, táctica que se espera que use el Inter ante el presumible acoso con la pelota de los azulgranas. Además, Sneijder, fichado del Real Madrid y uno de los mejores jugadores del conjunto italiano en lo que va de temporada, es uno de los mejores rematadores a larga distancia.
En Milán, la pasada semana, el holandés niveló el gol inicial del Barcelona para poner el 1-1.
El otro centrocampista más creativo del equipo, el serbio Dejan Stankovic, estará ausente por sanción, por lo que Mourinho deberá quizás apostar por un centro del campo muy físico con Thiago Motta, Muntari y el argentino Esteban Cambiasso.
El caso de Balotelli sigue sin estar resuelto a pesar de las disculpas el jugador por faltar al respeto a sus compañeros de equipo y a los fans en el partido de ida, cuando al acabar el partido tiró la camiseta a la hierba.
Mourinho había planeado alinearlo ante el Atalanta y dar descanso al ariete argentino Diego Milito, pero el presidente del club, Massimo Moratti, le recomendó que lo dejara fuera del partido disputado en casa para que se enfriaran los ánimos.
El talentoso delantero de 19 años se entrena regularmente y está físicamente en forma, pero su carácter impredecible podría ser un riesgo para lograr el objetivo de jugar una final europea por primera vez desde que perdiera ante el Ajax de Amsterdam en 1972.