Es común observar cómo los motorizados, la policía montada y vehículos especiales protegen el frente y la retaguardia del bus del Comité Organizador, que la traslada a los diferentes destinos.
Desde que llegaron al aeropuerto internacional de Ezeiza, los jugadores, el cuerpo técnico y los delegados, se vieron muy sorprendidos por el enorme operativo de seguridad que se emplea en las ocho sedes de la Copa.
“No estamos acostumbrados a este tipo de seguridad. El despliegue ha sido muy grande e impactante para un lugar tan tranquilo como Jujuy”, resaltó Carlos Quesada, jefe de la delegación tica.
Cuando arriban a los aeropuertos o andan por autopistas y puentes son protegidos por helicópteros que vigilan el bus, para evitar cualquier contratiempo.
“Nos dicen que la seguridad es por precaución y, por tanto, somos respetuosos”, declaró Quesada.
Costa Rica jugará su segundo partido de la Copa mañana, a las 4:15 p. m. (hora tica) contra Bolivia. El primer juego se perdió por 0-1 con Colombia, por el grupo A.
“He estado en Copas Mundiales y hay mucha seguridad, pero no tanta como en Copa América. Nos dijeron que se van al extremo para prevenir y que el equipo pueda trabajar tranquilo”, detalló Gina Escobar, vocera de la Tricolor.
En las prácticas en el Club Gimnasia y Esgrima se suman a la protección de la
“Buscamos que Costa Rica tenga tranquilidad y no haya ningún incidente, siempre a la disposición de los que ellos quieran o necesiten”, manifestó ayer César Ayala, comisario inspector de Jujuy.
Al equipo tico también los resguarda un contingente de oficiales de seguridad, que están infiltrados en el grupo, vestidos de civil; y otro grupo de patrullas ubicado en lugares estratégicos de la carretera.
Ayer se presentó el mismo operativo cuando la Tricolor visitó la escuela Presidente Avellaneda, previo al entrenamiento matutino que prepara el partido con Bolivia.
Allí los seleccionados hicieron un donativo a ese centro de estudios, que consistió en balones, indumentaria y otros regalos más.