Desde que me di cuenta que volvería a Guyana, empecé a imaginarme cuál podría ser el entorno de esta mi segunda visita.
El discurso de la Tricolor sería el de la confianza. Con tres puntos en el bolsillo, llegarían a la guarida de los Jaguares Dorados casi que a amarrar el boleto, preparándose para en octubre tener ante México un ensayo para la hexagonal.
Probablemente habría cuestionamientos, pero pasarían más por apuntar a la solvencia, a llegar a ese equipo matador que por alguna razón todo tico tiene en la mente.
Por eso la realidad me parece tan poco creíble; por eso y porque al final yo también soy un seguidor más de este tambaleante equipo tricolor
Caer en cuenta de la exigencia con la que llega la Selección al que apenas será su segundo partido de la eliminatoria es desalentador, casi deprimente.
Y por eso de repente la realidad me golpeó. Recordé que tras aquella dolorosa derrota en el camino a Sudáfrica 2010 la siguiente cita mundialista parecía tan lejana y prometedora.
Ricardo La Volpe nos vendió su famoso “cartelito” y sin haber puesto un pie en el terreno, Costa Rica ya era un rival de respeto para los rivales.
La prensa internacional hizo eco de la noticia, el área se asustó de ver lo pronto que la Sele empezó a trabajar y el futuro fue cegador ante tanto brillo. Una broma cruel.
El argentino sólo jugó con la ilusión de un país y la billetera de la Federación y se comió casi todo ese primer año del famoso cliché que aquí llaman proceso.
Déjà vu. Y ahora llegó Pinto a iniciar el suyo. Perdió con elegancia ante Brasil y por poco le ganó a la campeona del mundo España, y así otra vez el horizonte se aclaró para los ticos.
Después vinieron algunos tropiezos, pero aquella victoria en Gales reavivó la llama porque por fin Costa Rica había encontrado su ansiado “once”.
Ahora, sin embargo, todo eso se ve muy lejano para un equipo que en el área solo ha dado tumbos y que a falta de cinco juegos ya tiene el agua hasta el pecho.
Claro, puede que usted cuando lea esto se cuestione estas palabras si es que Costa Rica logró volver a sonreir ante Guyana, pero no se le olvide que antes de eso aquí se sufrió.
Y si no logró los tres puntos, pues le ofrezco mis condolencias, a usted y a todos los que con pesar ya nos preparamos para el siguiente proceso.