A fuerza de entrega y coraje, de fe y deseo, Saprissa venció ayer en un dramático partido al Municipal de Guatemala y abrió el camino para que el título de la CONCACAF se quede en Costa Rica.
Un juego para verlo de pie en los últimos minutos, porque los morados con nueve hombres supieron aguantar las arremetidas de los chapines, quienes tropezaron una y otra vez contra la muralla implantada al borde del área por parte de los locales.
Triunfo de sudor y lucha, en un encuentro caracterizado por el roce, el choque.
Los tibaseños demostraron, en desigualdad de condiciones, que son un equipo con una excelente disciplina táctica y pese a las adversidades lograron obtener una victoria dorada.
Cerrar espacios y esperar el vendaval. No había otra opción y en medio de ese complicado panorama los morados se prodigaron para vencer.
Pese a la constancia de los rojos del Municipal, sobre todo durante el complemento, los anfitriones apelaron a la voluntad para repeler los ataques enemigos.
Fuerza
Ayer el encuentro entre ticos y chapines se pintó, desde el inicio, con el color de la fuerza y la lucha personal. Con un mediocampo poblado en que los jugadores talentosos tenían severos problemas para transitar, el roce opacó al futbol elaborado, de toque.
Con un Saprissa más ordenado en los primeros minutos, pero con un Municipal dispuesto a quedarse, al menos, con un punto para casi asegurarse el cetro de la CONCACAF, el partido presagiaba un cierre apretado, tal y como sucedió al final.
Ganar sin importar la vistosidad del enfrentamiento. Esa fue la primicia con que ambas escuadras saltaron al terreno de juego.
La presión tibaseña rindió sus frutos al 24, luego de que un mal despeje de un defensor guatemalteco se estrelló en el horizontal del arquero Julio César Englenton y permitió al acusioso y oportuno Javier Wanchope marcar el único gol del encuentro.
Tras esa conquista vendría el sufrimento de la escuadra costarricense, después de las expulsiones de Roy Myers --48'-- y de Benjamín Mayorga --54'--. Las bajas le cambiaron el rostro al partido.
Al quedar limitado, Saprissa optó, inteligentemente, por ceder la iniciativa. En tales circunstancias era necesario dar todo y así lo demostró la zaga del conjunto nacional.
Arriba, Rolando Fonseca se desenvolvió como la única carta ofensiva del técnico Luis Augusto García.
En una acción individual, forjada con gallardía y empuje, Fonseca encaró a Englendon al 71' y estuvo a punto de coronar su acertada intervención en el enfrentamiento.
A esa altura del juego, los nervios se apoderaron del banquillo morado y podía observarse el constante ir y venir, en un espacio reducido, de Carlos Watson --coordinador de ligas menores en Saprissa-- y la preocupación de Juan Mujica, el asistente de García.
Triunfo en la adversidad, con sapiencia y coraje, Saprissa peleará mañana por el título de la CONCACAF ante Alajuelense.