SAO PAULO, BRASIL. EFE “No aguanto más. Yo quería continuar, pero no lo consigo. Pienso en una jugada, pero no la ejecuto como quiero. Es la hora”, afirmó ayer el delantero brasileño Ronaldo al anunciar su retirada de las canchas de futbol.
Ronaldo Luiz Nazario de Lima, el máximo goleador en la historia de los Campeonatos Mundiales, confirmó que su despedida será oficializada hoy durante una conferencia de prensa en la sede del Corinthians, su último equipo.
El exdelantero del Barcelona y el Real Madrid, del Milan y el Inter, y del PSV Eindhoven holandés optó por su salida definitiva de las canchas dos semanas después de la sorprendente eliminación de su equipo en la Copa Libertadores.
El más antiguo torneo continental de clubes en América era su única motivación para seguir en actividad en esta temporada, y la derrota del Corinthians ante el Deportes Tolima colombiano desató la indignación de la hinchada, que señaló al artífice de la conquista del Mundial del 2002 como uno de los principales culpables.
Violencia. La violenta reacción de los fanáticos del equipo más popular de Brasil después del Flamengo, expresada en ataques al autobús y a los vehículos de los jugadores, también provocó la salida del lateral Roberto Carlos.
El zurdo mundialista aseguró que ha recibido amenazas contra su vida y se marcha a Rusia.
Por su parte, el agente de Ronaldo, Fabiano Farah, dijo a la edición digital del diario Folha que “ la decisión es de él, solo de él” .
Sin las mejores condiciones físicas, tras una secuela de viejas lesiones y dificultades para alcanzar su peso ideal, Ronaldo pone fin a una brillante carrera futbolística que comenzó a los 17 años en el Cruzeiro y después siguió en el PSV Eindhoven holandés.
Con la selección brasileña, el Fenómeno disputó como suplente el Mundial de Estados Unidos 94, conquistado por Brasil, y luego los mundiales de Francia 98, Corea del Sur-Japón 2002 y Alemania 2006.
Ronaldo tiene contrato hasta fin de año con Corinthians, pero la eliminación de la Libertadores y sus condiciones físicas fueron determinantes para irse ya. “En los últimos días lloré como un niño”, agregó.