Supporters of River Plate react after the team was relegated to second division after the Argentina's Promotion football match against Belgrano, at Monumental stadium in Buenos Aires, on June 26, 2011. Argentine giants River Plate has been relegated to second division for the first time in its history after being beaten 2-0 by Belgrano in the first leg of their play-off on Wednesday and tying 1-1 in the second leg match today. On the other hand Belgrano will play in first division next season. AFP PHOTO/Alejandro PAGNI (ALEJANDRO PAGNI)
BUENOS AIRES. AFP River Plate, uno de los clubes más populares del futbol argentino y reconocido en todo el mundo, sufrió ayer el golpe más duro de su historia al descender a Segunda División con el empate 1-1 frente a Belgrano, que a su vez asciende a la máxima categoría.
Belgrano se adueñó de la serie de repesca de Primera categoría al ganarle el duelo a River, ya que se impuso 2-0 en la ida en Córdoba y logró el empate en el Monumental.
En un partido emotivo, ante más de 50.000 espectadores, River estaba obligado a ganar por dos goles para emparejar la serie y permanecer en Primera. Incluso empezó de la mejor manera para lograr el objetivo, ya que Mariano Pavone puso el 1-0, a los 5 minutos.
Sin embargo, River no consiguió tranquilizarse, y Guillermo Farré (61’) paralizó a todos en el Monumental al anotar el empate que destrozaba la ilusión del club de la banda roja.
Los locales tendrían una ocasión para ponerse en ventaja, pero Pavone desperdició la oportunidad con un penal que el arquero Juan Carlos Olave le atajó a al 70’.
El encuentro fue dado por concluido por el árbitro Sergio Pezzotta a los 89 minutos, ante la generación de algunos incidentes en las tribunas, con fanáticos furiosos por la caída y el dolor de miles que asistían a un momento desolador.
Amargura. Tras el empate, que se vivió en realidad como una derrota, los jugadores de River pasaron varios minutos abrazados en medio del llanto desconsolado antes de retirarse del campo de juego.
El club deberá jugar ahora en el torneo de ascenso, llamado la Primera B Nacional.
Los bomberos debieron apaciguar con chorros de agua a grupos de hinchas que desde las gradas estallaron en furia tras el resultado, mientras que los jugadores de Belgrano se fueron custodiados a raíz de los proyectiles que les eran arrojados desde las gradas.
Afuera del estadio se produjeron graves incidentes cuando cientos de hinchas descargaron su frustración emprendiéndola a pedradas contra la policía, mientras eran dispersados por camiones hidrantes y oficiales a caballo.
Más de 50 personas resultaron heridas y debieron ser retiradas en ambulancias, a pesar de los 2.200 policías asignados para la seguridad, un récord en Argentina.
Luego de los incidentes, Gustavo Galante, fiscal en lo Penal y Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, ordenó la clausura del estadio Monumental por 30 días. Si esa medida se oficializa por la justicia, la final de la Copa América deberá jugarse en otra sede.
River había llegado a esta situación por las pésimas administraciones que tuvo en los últimos años y las malas campañas a partir de 2008, que determinaron su retroceso en la tabla de promedios, que establece los descensos de acuerdo con los puntos logrados en las últimas tres temporadas.