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El equipo blanco, que llegó a Moscú el domingo para aclimatarse, afronta la Champions, en la que ganó los seis partidos de la primera fase, con la tranquilidad de haber hecho un buen trabajo en la Liga, donde es líder y saca 10 puntos de ventaja al Barcelona, segundo clasificado.
El entrenador del equipo, el portugués José Mourinho, no podrá contar el argentino Ángel Di María, que regresó el sábado después de dos meses lesionado en la victoria (4-0) ante el Racing, y que terminó el partido con una contusión muscular.
Tampoco viajaron a la capital rusa el francés Lass Diarra, con una lumbalgia, y el turco, Hamit Altintop, con una rotura fibrilar.
Pero la gran preocupación en el club blanco son las extremas condiciones en las que se jugará el partido, con mucho frío, nieve y en el césped artificial del estadio Luzhniki, con capacidad para 80.000 espectadores, elementos a los que no están acostumbrados los futbolistas 'merengues'.
José Mourinho declaró en rueda de prensa que "son condiciones nuevas para nosotros, sintético no es lo mismo que natural (césped), menos no es igual que diez (temperatura), pero tenemos que ser más fuertes".
El técnico portugués también quiso resaltar la valía del rival, del que destacó lo poco que ha cambiado en los últimos años.
"Es una ventaja muy grande para un equipo cuando llevan jugando juntos mucho tiempo, han perdido a Love (Vagner), pero han ganado a Doumbia (Seydou). Año tras año están en Champions y es un rival difícil al que hay que respetar", declaró Mourinho.
Por su parte, el CSKA, tiene dos grandes obstáculos; por un lado la falta de rodaje, no juega un partido oficial desde que se iniciara el parón invernal de la liga rusa a finales de noviembre, y, por otro, la falta de varios de sus jugadores más determinantes.
Perdió a finales de enero a uno de sus futbolistas más desequilibrantes, el brasileño Vagner Love, que regresó al Flamengo, de su país, después de siete años en el club.
No es la única baja importante para Leonid Slutsky, técnico del CSKA, que tampoco contará con el extremo chileno Mark González, convaleciente de una operación en la cadera, ni con el letón Alexsandr Cauna, que sufrió una fractura por estrés en uno de sus pies durante la concentración que hizo el equipo en España hace unas semanas.
El japonés Keisuke Honda, otra pieza clave en el esquema, no ha alcanzado su mejor estado de forma y no parece que vaya a ser titular.
Los defensas Pavel Mamaev y Kirill Nabbakin cumplirán un partido de sanción y tampoco podrán jugar contra el Real Madrid.
Como nota positiva, Slutsky podrá contar con su ariete, el marfileño Seydou Doumbia, que regresa tras jugar la Copa de África de Naciones con su selección y que ha metido 29 goles en el último año.
