Real Madrid players celebrate a goal during the Spanish league football match FC Barcelona vs Real Madrid CF at the Camp Nou stadium in Barcelona on December 3, 2016. / AFP PHOTO / LLUIS GENE (LLUIS GENE)
Lo hizo en la final de Champions. Lo hizo en la final de la Supercopa europea. Y lo hizo en el clásico español. Sergio Ramos acostumbra vestir de héroe.
Cuando el cronometro marca el minuto 90 y el Real Madrid pierde por la mínima, el zaguero, actor secundario, se esconde entre propios y rivales, se quita el uniforme, enfunda el traje de superhéroe y aparece en las alturas cual Superman para anota el gol que cambia las portadas.
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Cuando el Real Madrid ya lamentaba un año más sin la Décima Orejona y el Atlético de Madrid agitaba el champán y acariciaba su primera Champions, en el 2014, Sergio Ramos apareció en el 92 con un cabezazo, puso el 1 a 1 y mandó el juego a tiempos extra, donde Bale, Marcelo y Cristiano se encargaron de la goleada.
Cuando el Real Madrid veía la Supercopa de Europa 2016 en manos del Sevilla, apareció Sergio Ramos en el 93, otra vez de cabeza, para poner el 2 a 2, mandar a tiempos extra y encaminar una nueva victoria merengue.
Cuando el Barcelona casi se daba por ganador en el clásico de ayer, acortando la distancia en la tabla a solo tres puntos, otra vez, a punto de que el reloj marcará el minuto 90; otra vez, de cabeza; otra vez , Ramos, apareció.
“El resultado no era del todo justo, pero el trabajo te acaba dando recompensa. Seguimos manteniendo la diferencia. No hay que volverse loco” , resumió Sergio Ramos, en declaraciones difundidas por la agencia AP. Consultado por el gol del empate, intentó quitarse el traje de héroe. “Luka (Modric) te lo pone muy fácil con este tipo de balones”, dijo Ramos sonriente.