Abu dabi, Emiratos Arabes ap La selección de México, actual campeona, y Nigeria, se enfrentarán el próximo viernes en Abu Dabi, en la final de la Copa del Mundo Sub-17.
Los dos finalistas vencieron en semifinales a los equipos de Argentina y Suecia, respectivamente.
México ganó por 3-0 a Argentina, que terminó con nueve jugadores sobre el terreno de juego.
El amplio triunfo mexicano se antoja excesivamente amplio para los méritos de uno y otro; el conjunto argentino dio la cara, disputó un partido más que generoso, pero pagó la eficacia de un rival que supo jugar con inteligencia.
Además, la suerte tampoco acompañó a Argentina, que vio como a los tres minutos el meta mexicano Gudiño, detenía una pena máxima ejecutada por Drivssi.
Por si fuera poco, dos minutos después, llegó el 0-1 favorable a México, en acción iniciada por un tiro libre, con toque de cabeza que llegó a Iván Ochoa, quien vino desde atrás desmarcado y alojó el balón en las redes ¡Golazo!
El 0-2 corrió nuevamente a cargo de Ochoa, al 22’, en una acción muy similar a la del primer tanto.
El partido se puso muy favorable para los aztecas, que además se quedaron pronto en superioridad numérica por expulsión del delantero Joaquín Ibáñez al 31’.
México jugaba ya a placer, de forma inteligente, al contragolpe, ante una Argentina que no bajó los brazos, que pasó a jugar con una defensa de tres, y que derrochó generosidad en el esfuerzo y en la búsqueda de acortar su desventaja.
La generosidad argentina pudo, y debió tener su premio en un par de ocasiones en la segunda mitad; sin embargo, no le acompañó el acierto ni la suerte en el remate final .
México siguió jugando atento en contención y al contragolpe.
Uno de esas contras, al final del encuentro, trajo el 0-3, obra de Marco Granados al 86’, y la expulsión del meta Batalla al 92’, al derribar a un rival fuera del área.
Al haber realizado Argentina los tres cambios, se puso de portero el defensa Ferreyra, quien cerró el partido con una parada.
El otro finalista. El joven talento de Nigeria logró el pase a la final, tras derrotar con facilidad en semifinales a una dócil selección de Suecia.
El partido resultó bien distinto del que ambos contendientes disputaron en la fase de grupos, que terminó con empate (3-3), pues ayer hubo solo un equipo, el nigeriano, que se mostró muy superior a su rival; lo controló a su antojo.
No en vano, Nigeria controló en todo instante la situación y, tras el 0-1 logrado por Awoniyi al 21’, los jóvenes suecos solo lograron rozar el empate en un par de ocasiones, pero Nigeria terminó arrollando y confirmando el buen juego que ha mostrado en este torneo.