Sao Paulo. AP Ricardo Teixeira, el mandamás del futbol brasileño durante 23 años marcados por escándalos de corrupción, renunció ayer a sus cargos como presidente de la Confederación Nacional (CBF) y el Comité Organizador del Campeonato Mundial 2014.
El anuncio pone fin a una era en la que se mezclaron éxitos dentro y fuera de la cancha para Brasil, pero plagada con acusaciones de irregularidades y corrupción conectadas con Teixeira.
La más sonada de las acusaciones fue que aceptó sobornos en la década de los 90 de parte de ISL, la firma de la FIFA que mercadeaba los derechos de televisión de los mundiales y que tuvo que declararse en bancarrota.
El dirigente, de 64 años, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, anunció la semana pasada que solicitó una licencia médica por problemas de salud. Pero la CBF informó ayer de que su salida será de carácter permanente.
La renuncia de Teixeira se hizo por medio de una carta que fue leída por José María Marín, el exgobernador del estado de Sao Paulo que quedó como nuevo presidente de la CBF y el Comité Organizador.
“Dejo la presidencia de la CBF de forma permanente con la convicción de una misión cumplida”, dijo Teixeira en la carta.
El retirado astro brasileño Romario, actualmente un congresista, criticó duramente a Teixeira luego de enterarse de la renuncia.
“Hoy podemos celebrar”, escribió el exdelantero en sus cuentas de Twitter y Facebook. “Hemos acabado con un cáncer del futbol brasileño. Finalmente, Ricardo Teixeira ha renunciado”.