REAL MADRID / F. C. BARCELONA ***CORRIGE FOTÓGRAFO*** MD71. MADRID, 18/01/2012.- El defensa del FC Barcelona Eric Abidal (c) celebra su gol, segundo de su equipo, con sus compañeros, durante el encuentro de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey que juegan los dos equipos, esta noche, en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/ Gonzalez-Cebrian (Gonzalez-Cebrian)
Son tantos clásicos que la capacidad de sorpresa se reduce. Pero no se agota. Las circunstancias obligaron a José Mourinho a innovar. Y apostó por el equipo más afín a sus ideales. Con su guardia pretoriana en el campo.
Recuperó a Ricardo Carvalho, que no jugaba desde setiembre y apostó por Altintop como lateral. Además, Pepe en la medular en un planteamiento que sorprendió.
Guardiola es fiel a un estilo y a sus ideales. Los que le llevan a apostar por Pinto en la Copa. El resto, los mismos que conquistaron el Bernabéu en la Liga. Con Alexis de falso nueve. Igual de brillante.
El Madrid repitió el mismo concepto de la semifinal de Liga de Campeones: encerrado en su terreno, como si de un equipo menor se tratase, p ero con tres “puñales” capacitados para destrozar: Cristiano, Higuaín y Benzema.
Fue el día en el que Cristiano se quitó de un plumazo su ansiedad en los clásicos. A los diez minutos rompió la baraja. No podía ser de otra forma. A toda velocidad. Con un pase al espacio de Benzema.
Aprovechó el agujero que dejó Dani Alves para romper con una bicicleta a Piqué y superar por bajo con un potente disparo a Pinto.
Por el Barcelona fue Alexis el encargado de enloquecer a la zaga blanca. Con Ramos multiplicándose ante las carencias de sus compañeros y Casillas salvador. Le sacó una a Iniesta abajo. Otra a Messi pegada al palo. Para volverla a ver...
Nada más iniciarse la segunda parte un despiste en la marca de Pepe lo aprovechó Puyol. Un testarazo a la red con la potencia con la que marcó a Alemania para meter a España en la final del Mundial. Descolocó al Real Madrid aturdido y encerrado en su terreno, justo a punto de caer derribado.
Mourinho se decidió a cambiar y recuperar su dibujo. Regresó a un 4-2-3-1 con la entrada de Özil y Callejón. En pleno show de Pepe. Exagerando acciones en las que no le tocaban y repartiendo a destiempo. Fingió un manotazo en la cara de Cesc Fábregas y pisó la mano de Messi cuando estaba en el suelo.
Cuando se afeaba el duelo el futbol salió premiado. Messi picó el balón a Abidal, quien controló con el pecho y remató cruzado.
El gol de un lateral a domicilio, fiel reflejo de una superioridad azulgrana que alimenta la obsesión blanca. Ni con planteamientos valientes, ni con ultra defensivos puede ante su eterno rival. Solo le queda la heroica en el Camp Nou.