Hasta el minuto 85 de la final del fútbol mexicano, el francés André-Pierre Gignac estaba desaparecido del juego y su equipo caía 0-2 en casa.
Empero, estos son los juegos en los que los futbolistas se echan equipos al hombro, y este jueves le tocó al europeo.
Gignac evitó la derrota, que parecía consumada a cinco minutos del final. El galo sacó su varita mágica, descontó al 85’ y emparejó el duelo a dos minutos del final, luego de quitarse al portero Rodolfo Cota y definir como un crack.
Tigres se había visto sorprendido por un Chivas de Guadalajara agresivo en los primeros 45 minutos, con pocas opciones frente al marco, pero efectivo ante Nahuel Guzmán, que fue el villano del equipo regiomontano.
Guzmán le pegó la pelota a su compañero Luis Advincula y le quedó la pelota al delantero del rebaño Alan Pulido para poner el 0-1 en 23 minutos.
Pulido tuvo un pasado no muy grato en Tigres, donde tuvo muchos conflictos con el técnico Ricardo Ferreti.
El estratega de Chivas, el argentino Matías Almeyda, mandó a su equipo por el segundo gol, que les diera la tranquilidad para cerrar en casa.
Ese tanto llegaría a los 42’, luego de un error grave del portero Nahuel Guzmán, quien buscó dejarse la pelota en dos tiempos tras un remate de Alan Pulido, pero se le fue y le quedó a Rodolfo Pizarro, quien fusiló al guardameta.
“Creo que hicimos un gran partido, sobre todo el primer tiempo, lo planificado estaba dando sus frutos, pero al frente tenemos a un crack (Gignac) que tocó la pelota dos veces y nos empató. Nosotros vinimos a jugar de igual a igual y le estábamos ganando, pero Gignac es el mejor jugador de la liga”, justificó Matías Almeyda.
El segundo juego de la final del fútbol mexicano se realizará este domingo en Guadalajara, a las 5 p. m.