Belice trabó el ensayo inaugural de Costa Rica en la Copa Centroamericana, canjeándole sus primeros tres puntos por una buena, y a ratos excesiva, dosis de sudor.
El estreno de la Tricolor no fue para nada el que se podía presupuestar al enfrentarse a la cenicienta del área, que anoche demostró que trabaja duro por deshacerse de ese incómodo título.
Y no fue porque los beliceños pusieran en aprietos a la Sele, sino porque le aplicaron el difícil libreto de un esquema ultra defensivo que muy pocas veces se preocupó (o tuvo el chance) de buscar el gol.
La Selección se desgastó entonces en tratar de romper el cerrojo de un rival que ya dejó atrás mucha de su inocencia de antaño, y que ahora contrarresta su falta de técnica con un mejor posicionamiento y conceptos algo más trabajados.
Con un sistema que se enfocó en promover las laterales para explotar la fortaleza de Saborío, la Tricolor probó suerte con un puñado de caras nuevas, todos en la lucha por meterse en el proceso mundialista.
Por eso, el debut tico en este su torneo hay que verlo como lo que fue: un duelo entre un Costa Rica enfocado en la prueba y un Belice para el que el empate hubiera sido tan valioso como la victoria.
Para mejorar. Sacar un triunfo tan trabajado de un rival como Belice siempre molestará a la gradería, pero hay que recordar que el torneo es un gran examen para lo que de verdad importa: una hexagonal que ya está a la vuelta de la esquina y donde no hay espacio para estos experimentos.
Por eso, darle minutos a nombres como Delbert Cameron, Ariel Rodríguez u Osvaldo Rodríguez es una oportunidad de valorar opciones para lo que viene.
Eso sí, tampoco puede tapar las falencias que sí tuvo el juego de la Tricolor, anoche escaso de recursos para vulnerar a un rival que posiblemente dio muchas más facilidades de las que se verán en el último escalón de la eliminatoria.
De no ser por ese balón que Randall Brenes se robó en la salida beliceña, el gol de Jairo Arrieta no hubiera llegado a cumplir con la otra parte de la prueba: sumar de a tres para mantener intacta la promesa de dejar el título en casa.
También fallaron las bandas, escasas de ataque por derecha y complicadas atrás por izquierda, con un Christopher Meneses que sufrió con la rapidez de Evan Mariano.
Por eso, más allá de la falta de definición, lo de anoche pasó más por la falta de creación de oportunidades; pero de nuevo, esa tarea no es fácil con un equipo echado atrás.
Mañana vendrá Nicaragua, un rival que sin duda tiene más recursos que Belice, y una prueba que ya debería ir más allá del ensayo.