166893141 A combo of pictures made on May 1, 2013 shows (up) Dortmund's players celebrating at the end of the UEFA Champions League semi-final second leg football match Real Madrid CF vs Borussia Dortmund at the Santiago Bernabeu stadium in Madrid on April 30, 2013 and (bottom) Bayern Munich's celebrating their victory at the end of the UEFA Champions League semi-final second leg football match FC Barcelona vs FC Bayern Munich at the Camp Nou stadium in Barcelona on May 1, 2013. Bayern Munich and Borussia Dortmund respectively beat Barcelona and Real Madrid in their Champions League semi-final second-legs to set up the first ever all-German Champions League final. AFP PHOTO / PIERRE-PHILIPPE MARCOU/ JOSEP LAGO (PIERRE-PHILIPPE MARCOU/ JOSEP LA)
Éxito deportivo y Bayern Múnich son sinónimos. Aún no está oficializado por ninguna institución que rija algún lenguaje, excepto por el mundo fubtolístico.
Para este club que tiene su casa en la región de Bavaria, al sur de Alemania, cualquier cosa que no sea una victoria o un título se traduce en fracaso.
Como la temporada anterior, en la que finalizó subcampeón de liga y de copa, por detrás del Borussia Dortmund, además de perder la final de la Liga de Campeones que se disputó en su estadio, el Allianz Arena, ante el Chelsea.
Su grandeza le demanda tener a los mejores jugadores que haya en la liga de Alemania.
Por eso se ganó el odio de sus rivales locales, quienes vieron como sus figuras pasaron al club bávaro por unos euros de más, aunado a la sed de trofeos que todo jugador lleva por dentro.
Es tal el potencial del club muniqués, que a lo largo de 50 temporadas de la Bundesliga no ha encontrado un rival con el que dispute un partido llamado clásico.
Con el Núremberg disputa el derbi de la región; con el Hamburgo el antagonismo crece porque estos últimos representan el norte y el Bayern el sur de Alemania; con el Dortmund el duelo nace porque es quien le hizo los mejores piques en algunas temporadas de las últimas dos décadas.
Sin embargo, cuando se mira la cantidad de campeonatos ganados por los clubes alemanes, la diferencia resulta vergonzosa y evidencia que el Bayern no tiene rival.
Por ejemplo, los muniqueses tiene 22 títulos de liga, 17 más que el Dortmund y el Monchengladbach, que apenas cuentan con cinco.
Deuda europea. La década de los setentas contó con la mejor versión del Bayern Múnich que se recuerda, liderada por el mítico Frank Beckenbauer y con Gerd Muller como punta de lanza en el ataque.
Una generación que dejó tres Copas de Europa en las vitrinas del club, a la que suma una cuarta que ganó en Milán en 2001, al Valencia.
Es decir, apenas una “orejona” en 37 años. Todo una deuda si se considera que en ese periodo fracasó en cinco finales.
Por eso, la actual planilla del Bayern (la de los récords) tiene la obligación de quitarse una pesada losa en la final de Wembley.