El Arsenal y el Chelsea arrancaron con sendas goleadas su camino en la Liga de Campeones de Europa, en la que también festejaron ayer otros candidatos al título como el Milan y el Bayern Múnich.
La diferencia de nivel entre los clubes grandes del Viejo Continente y los de segunda línea fue puesta de manifiesto sobre todo en Londres, donde el Arsenal aplastó al Sporting Braga por 6-0, con dobletes del español Cesc Fábregas y del mexicano Carlos Vela, que convirtieron un penal cada uno.
También marcaron para los
Con este triunfo, el Arsenal lidera el grupo H, por mejor diferencia de goles sobre el Shakthar Donetsk, que en Ucrania se impuso por 1-0 al Partizan Belgrado con un tanto del capitán Dario Srna.
El Chelsea tampoco perdonó en su debut en el Grupo E y se llevó los tres puntos en su excursión a Eslovaquia, donde goleó al debutante MSK Zilina por 4-1, con un Nicolas Anelka encendido. El francés hizo dos goles y dio una asistencia, en un partido que los
La apertura llegó por intermedio de Michael Essien y luego el doblete de Anelka puso el 3-0 a los 28 minutos. El cuarto fue obra de Daniel Sturridge y el gol del honor de los eslovacos tuvo como autor a Tomas Oravec y contó con la complicidad del arquero Petr Cech.
En el otro partido del grupo, el Spartak Moscú dio el golpe al imponerse en Francia por 1-0 al Olympique de Marsella con un disparo de Dmitry Kombarov, a solo siete minutos del pitazo final.
El Milan y el Bayern no dejaron dudas y se impusieron en condición de local, ambos por 2-0.
En el marco del grupo G, llamado “el de la muerte” por el hecho de que tres de sus integrantes suman nada menos que 20 títulos de Europa, el Milan cantó victoria en su casa y se impuso por 2-0 al Auxerre, con un doblete del sueco Zlatan Ibrahimovic, en espacio de tres minutos, y en ambos casos con el aporte de otro exjugador del Barcelona, el brasileño Ronaldinho.
En el grupo E, el Bayern hizo honor a su chapa de candidato y venció a la Roma por 2-0, con dos goles que llegaron en el último tramo del partido disputado en Alemania.
El finalista de la edición anterior esperó hasta los 79 minutos para que el mejor jugador joven del último Mundial, Thomas Muller, abriera el marcador. Cuatro minutos después, Miroslav Klose sentenció el encuentro.