Tras la participación de Costa Rica en los Mundiales de Corea/Japón 2002 y Alemania 2006, el futbol tico pegó el grito al cielo implorando un cambio generacional.
El técnico de aquellas representaciones patrias, Alexandre Guimaraes, solo lo recomendó en el informe dado a la Federación Costarricense de Futbol (Fedefutbol).
A Hernán Medford le faltó tacto para el cambio, tampoco pudo Rodrigo Kenton y mucho menos el brasileño René Simoes (Brasil).
Ante tanta desobediencia y miopía, el resultado no podía ser otro: descalificación de la Copa Mundo Sudáfrica 2010.
Desde entonces se habló de una prodigiosa generación, presente en el Mundial Juvenil de Argentina 2001 y la Olimpiada de Atenas 2004. Eran los equipos de los arqueros Adrián de Lemos, Víctor Bolívar y Patrick Pemberton, de los defensas Michael Umaña, Pablo Salazar, Junior Díaz, Roy Myrie, José Villalobos Chang, de los volantes Carlos Hernández, Pablo Brenes, Daniel Vallejos, José Luis López, y los artilleros Álvaro Saborío, Winston Parks, Érick Scott y Jairo Arrieta, entre otros.
Por edad y recorrido futbolístico, a este grupo de figuras se les etiquetó como responsables de devolverle el protagonismo al país.
Mas de prodigios se convirtieron en un eslabón perdido en la evolución del balompié costarricense.
Ahora se asoma el colombiano Jorge Luis Pinto, quien estuvo en aquella época de 2004 como seleccionador tico e intenta reactivar esa generación intermedia, obligada a unir los más jóvenes con los más experimentados.
Por eso, en la última convocatoria para Panamá y España, se vuelven a encontrar José Luis López, Roy Myrie, Álvaro Saborío, Winston Parks, Carlos Hernández, Junior Díaz, así como Gabriel Badilla, Cristian Bolaños y Randall Azofeifa, tres figuras más del ciclo olímpico del 2004, aunque al final no acudieron a Atenas.
La convocatoria es inteligente, intencionada y denota conocimiento de la historia tica.
Con el primer paso dado, al seleccionador Pinto solo le resta correr el riesgo de darle continuidad al grupo, el cual a su vez debe reivindicarse con prontitud.