¿El banquillo del Cartaginés es lo que esperaba?
Hay cosas que esperaba, otras no. Para mí ser técnico de Cartaginés es una experiencia totalmente diferente a las que he vivido en Costa Rica y fuera del país. Estamos manejando situaciones que en otros equipos no se dan y por eso está sacando lo mejor que puedo dar y espero que podamos culminar en donde queremos.
¿Por qué es diferente ser técnico de Cartaginés?
Porque las exigencias son inmediatas y todo se maneja de esa forma. Más allá de nervio, en Cartaginés hay desesperación para que el equipo sea triunfador y que en cada partido muestre que es ganador. No es que en los otros equipos no se exija igual, pero creo que el peso de toda la historia que hay en el club está presente en cada juego. Reconozco a la afición de Cartaginés como extraordinaria porque no es fácil ser seguidor de este equipo por esa falta de triunfos y éxitos que hay.
¿Alguien se le ha acercado para decirle que se equivocó al asumir Cartaginés?
No. Los comentarios que recibo son de gente muy cercana y que quiere que a uno le salgan las cosas bien. Lo que me dicen es que siga y crea en mi trabajo.
En lo personal, ¿cómo sobrelleva el peso del banquillo?
El respaldo de mi esposa y de mis hijos es demasiado importante; a ellos ya les ha tocado vivir situaciones difíciles conmigo. Mi familia sufre bastante porque a ellos les llegan las críticas y eso produce dolor. En realidad son momentos bravos, pero nuestra fe nos ayuda a sobrellevarlos.
¿Qué hace para dejar de lado las críticas y señalamientos?
Con la familia y con los amigos de verdad porque el cariño de ellos es lo que lo sostienen a uno en los momentos difíciles.
¿Cómo vivió en su intimidad los seis juegos sin ganar?
No fue sencillo. Fueron muchos partidos y había que estar en contacto con el grupo todos los días manejando situaciones diferentes. También es difícil sostenerse porque hay muchos ataques de todos lados. Los cuestionamientos hay que escucharlos, pero en algunos casos las críticas son muy agresivas, lastiman mucho y no tienen fundamento.
¿Se sintió fuera del equipo?
Sinceramente nunca sentí que podía quedar fuera de Cartaginés. Hay gente que se ha mantenido con coherencia, equilibrada. Hemos manejado las situaciones de nuestro proyecto creyendo en que vamos bien y que tienen que venir este tipo de golpes para conocer realmente a mucha gente.
Comentó que la racha negativa de cierta forma le sirvió a nivel personal. ¿Por qué?
Ahora tengo un conocimiento más amplio de lo que es el club, lo que es la afición, los directivos, mi cuerpo técnico y jugadores, y sé en quién confiar. Además, ahora ellos me conocen más a mí porque cuando todo es bonito se refleja de otra manera y en lo adverso cada ser humano saca lo que realmente tiene.
¿Ahora confía en menos gente en Cartaginés?
Sin duda que sí. Estoy claro en esto, pero sé que en los que puedo confiar son gente que me va a apoyar y que respalda lo que estamos pensando para el equipo. Lo que quedó por el camino era lo que no servía y ahora se mantiene lo mejor. La fe la tenemos, el equipo pelea y lucha hasta el final.
¿Pensó en renunciar?
Nunca he pensado en dar el paso al costado. Estoy claro de lo que llegué a hacer al Cartaginés. Necesitamos identificar al equipo con una forma de juego y con un estilo mientras esté en el club, mientras la directiva quiera y eso es lo que hemos buscado y seguiremos haciendo.
¿Se mantiene alejado de las críticas?
Como entrenador del equipo tengo que ser de las personas más equilibradas del club porque debo de tener seguridad de lo que estoy haciendo, debo darle confianza a los jugadores para que jueguen y saber que apuntamos a un objetivo que aunque nos ha costado, estamos confiados y seguros que lo podemos alcanzar.