Los clubes de la máxima categoría lucharán por objetivos diversos a partir de este fin de semana en una nueva versión del campeonato nacional. La cartelera abrirá con Alajuelense-Santos a partir de las 6 p. m.
Bicampeonato:
Tras experimentar la salida de tres piezas titulares (Adolfo Machado, Francisco Calvo y David Guzmán), a Saprissa le tocará reajustar su equipo base con la obligación de defender la corona obtenida en diciembre. Los morados no alcanzan un bicampeonato desde 2014, cuando ganaron ambos semestres. En medio torneo también afrontará la Concacaf y la exigencia crecerá.
Credibilidad:
Luego de seis torneos al hilo sin títulos, Alajuelense inicia un proceso con una meta clara a corto plazo: recuperar la credibilidad ante su afición y después armar equipo para pelear por el cetro. Con el exbelemita José Luis Cordero como su principal refuerzo, a los liguistas les tocará afrontar el día a día para medir su potencial. Incluso con la tolerancia de su gente, la presión no mermará.
Continuidad:
En los últimos siete años, ningún técnico herediano logró sostenerse en el banco completando un tercer torneo. Ahí está el gran reto del timonel Hernán Medford quien ya le prometió el título a la afición rojiamarilla para mayo. Medford es DT florense desde mediados del Verano 2016, cuando bordó la estrella 25 del Team. Hombres como Marvin Solano y Odir Jacques estuvieron cerca, pero la cuerda se rompió.
Clasificar:
Ante la dificultad histórica de salir campeón nacional (no lo hace desde el 12 de enero de 1941), el Cartaginés afronta el Verano con la misión inmediata de colarse entre los cuatro mejores de la fase final, etapa a la que no accede desde el Torneo de Invierno 2014. De no hacerlo en este semestre, sería el quinto certamen en fila en que los brumosos se quedan al margen de una fracción clave.
Menos polémica:
Los hombres de negro no tuvieron un Invierno plácido; los errores de apreciación metieron al arbitraje en una gran turbulencia, incluyendo partidos de temporada regular hasta generar un cierre candente en el último partido de campeonato entre Saprissa y Herediano.
El gran reto para los silbateros será que el Verano no les depare titulares en los medios de comunicación.
Gradas llenas
Mantener la tendencia al alza en asistencia a estadios forma parte de los desafíos para el campeonato venidero. En los últimos cuatro certámenes, la presencia de aficionados ha crecido en cada semestre. Los datos así lo reflejan: en el Verano 2015 asistieron al torneo 358.289 personas; el Invierno 2015 registró 416.163; el Verano 2016, 430.409; y el Invierno 2016, 477.867.
¡Qué cumplan!
El 60% de las 96 contrataciones hechas por los clubes para el Invierno 2016 no jugó ni la mitad de los minutos. Asimismo, de ellos, solo 18 jugadores superaron el 75% del tiempo en cancha de sus respectivos equipos. En resumen, los equipos no dieron en el blanco al fichar.
Para el Verano 2017 la atención estará puesta en las 68 incorporaciones a las que apostaron los 12 clubes.
Descenso
Al cierre del Verano habrá castigo para el equipo que acabe en la peor posición de la temporada 2016-2017. La diferencia entre el último y el sétimo lugar apenas es de nueve puntos, por lo que será una carrera contra el tiempo.
Aunque los focos de atención se posan sobre el colero San Carlos (17 puntos), no pueden descuidarse Liberia (19), UCR (22), Belén (23), Pérez Zeledón (24) y el propio Carmelita (26).
Amenaza
Santos abrió expediente al colarse en medio de Saprissa, Herediano y Alajuelense en la pasada cuadrangular. El reto para los otros no tradicionales y, para el mismo cuadro guapileño, será quitarle una o más plazas en la fase final a los que habitualmente compiten con mayor fuerza por el título. Ya pasaron 14 torneos desde que el último equipo chico levantó una copa (Brujas en 2009).