Rara vez un lector de libros tiene la dicha de saltar a alguna cancha de papel y tinta y jugar futbol con un personaje literario.
A mí me pasó el 9 de diciembre anterior, mientras disfrutaba también del primer café de ese día...
En esta obra literaria dicho arquero viste una chaqueta de lana escocesa, cojea notablemente y porta una jarra con agua en el Café Rabe, un rincón parisino en el que coincide con el personaje principal de esta historia ambientada en la capital francesa; ambos intercambian algunas frases ya que sus mesas son vecinas.
Al protagonista de la novela le resulta conocido el rostro de Hiden, pero no es sino hasta más tarde —cuando ya se han separado— que se entera de que se trata de quien “había sido el mejor portero de la historia del fútbol”, según se dice en “Flores de ruina”.
Motivado por esa afirmación hice una pausa en mi lectura, no así en mi café, para ingresar en Google y averiguar si ese futbolista era producto de la imaginación de Modiano o si en realidad había existido.
¡Eureka! Rudy Hiden fue una persona de carne y hueso.
Rudy Hiden nació en Graz, Austria, en el año de 1909 y murió en 1963 sumido en la miseria tras fracasar sus negocios en la hostelería.
Sin embargo, en su vida deportiva sí tuvo éxito.
Se le recuerda como un cancerbero de la portería con una gran personalidad, ágil, sumamente seguro en sus intervenciones por alto y con un excelente despeje de puños.
Debutó en 1925, cuando apenas tenía 16 años, con el Grazer AK, equipo de la Liga Amateur de su país.
A partir de ahí cosechó títulos, aplausos y titulares de periódicos en clubes de Austria, como el Wunderteam, y Francia, el Racing de París.
Además estuvo cerca de ser contratado por el Arsenal de Inglaterra, sin embargo la Asociación de Jugadores de esa nación le negó el permiso.
Como guardameta de la selección de su país se estrenó en 1928 en un partido contra el equipo de Yugoslavia que se jugó en Viena.
Por cierto, se apoderó de ese puesto durante cinco años seguidos.
También fue director técnico de conjuntos de la Serie B italiana: Salernitana, Messina y Palermo. No obstante, su actuación en este campo fue menos que modesta.
Valga esta columna en memoria de Rudy Hiden ahora que en el fútbol costarricense está de moda el tema de los porteros...