Se llama David Morgan y sacó ayer toda la mañana para mirar el entrenamiento de la Selección y lograr el autógrafo de todos los jugadores aunque no se supiera más que dos o tres nombres.
Es un hombre de unos 55 años, admirador de la Selección tica desde aquel juego en que Bora Milutinovic trajo su rudimentario equipo a jugar contra Gales, cuando se aprestaba a debutar un tal Gary Speed, que se convertiría después en ídolo de los futboleros galeses. Morgan lo admiraba tanto que siente casi la obligación de venerar a la Selección que participará mañana en su homenaje ante unos 25.000 aficionados, si se llena el Cardiff City Stadium. “Está difícil”, reconoció en una de las pocas pausas en su cacería de firmas de desconocidos.
“Es un buen equipo. Soy un total admirador suyo”, agregó Morgan, para quien los resultados son material de segunda. “Yo disfruto la calidad, el buen juego, las cosas alegres que se pueden hacer en el césped aunque tal vez eso no traiga una victoria”. Morgan es un británico con gran sentido del arte.
Habla despacio, haciendo la cortesía de darse a entender en su inglés repleto de sonidos que se parecen a la letra “efe”. Levanta las cejas como admirando a los jugadores y se inclina ante ellos a manera de reverencia. Les agradece con dedicación y procura mantener ordenados todos los papeles rayados con el desdén típico de quienes están acostumbrados a que les pidan autógrafos.
Este es el típico galés. Toda la cortesía y las buenas formas que los prejuicios atribuyen a los ingleses quizá sean más bien parte del paisaje de esta población. El agradecimiento es uno de esos buenos hábitos, y David Morgan escogió la admiración por Costa Rica como manera de retribuir el gesto de los futbolistas ticos de Milutinovic, que dejaron a su hijo, David, entrenar con ellos un rato.
“Iré al estadio a apoyar a Gales y a Costa Rica. Iré a dar mi último aplauso a Gary Speed. No sé si va a ir mucha gente, pero creo que deberíamos estar todos ahí”.
Por el ambiente que rodeaba ayer el estadio, Morgan será el único en la gradería. Sí, esta es una exageración para decir que en la ciudad hay pocas evidencias de interés popular por el partido de mañana.
Morgan sí que estará ahí, paseando su afición como una bola dividida entre los “dragones” y los “ticos”, un partido más amistoso de lo normal.