Limón. Arrecostado en su maña, esa que se gana solo con los años y en los grandes escenarios, Herediano sacó ayer de Limón una victoria que desinfló el ímpetu que mostraban los caribeños.
La derrota fue decepcionante para los locales; si se repasan las acciones, se cae en cuenta de que los verdes estuvieron más tiempo con el balón en su poder.
Eso sí, este Limón es otro con respecto al del arranque.
Su orden táctico, pero sobretodo su espíritu, es mejor; es un equipo que sí sabe a lo que juega.
Pese a que fue el Herediano el que se puso arriba en la pizarra apenas a los cinco minutos, los locales fueron lo que tuvieron el control de la pelota en la mayor parte del primer tiempo.
El tanto florense llegó más por mala fortuna de la zaga caribeña que por virtudes del campeón.
Ello, porque un mal rechazo de la defensa le llegó manso a las piernas de Óscar Esteban Granados, quien, inteligentemente, ‘bañó’ al buen portero Román Arrieta.
Antes de la anotación el dominio era caribeño, cimentado en una defensa donde Alvin Bennett y Luis Carlos Artavia han asumido rol de líderes, y Andrey Francis lleva la voz de capitán.
Tal parece que eso era lo que le hacía falta a Limón: alguien que tomara las riendas del camerino.
Otro aspecto que ha encendido la chispa en el cambio limonense es que el equipo se nota mucho mejor físicamente, punto débil hace apenas unas cuantas semanas.
Y es por esa nueva actitud que surgió el empate, cuando Mayron George no cesó en su empeñó de pelear una pelota dentro del área chica, la que terminó embocando en el marco de Leonel Moreira. 1-1.
El festejo de George, portento físico que no termina de explotar, fue alegre como hoy se muestra Limón, un equipo muy cambiado.
El único problema es que, pese a su ímpetu y nuevos bríos, aún adolece de ese callo para sostener un marcador o para agrandarlo.
Esto es algo que se gana con el tiempo, y en un equipo que tiene apenas tres partidos viéndonse medianamente bien, falta rato.
Golazo. Ya entrado el segundo tiempo, cuando mejor jugaban los verdiblancos, llevando el balón de un lado a otro, apareció la pierna de José Miguel Cubero para conseguir el 1-2; fue un golazo.
La conquista fue lapidaria puesto que Limón no tuvo como responder aunque llegó a tener dos hombres más en la cancha, tras las expulsiones de Myrie y Mambo.
Por más que trató de llevar el balón al arco contrario, Herediano, curtido en lides complicadas, supo cerrarse bien y cuidar un marcador que le mantiene en la lucha del segundo puesto con Alajuelense.
Limón, que venía de tres juegos ganados, volvió a caer en su cancha, no aprovechando la derrota de Belén, último de la tabla.