A Randall Brenes la Copa América le llegó como su gran oportunidad de afianzarse en la Selección.
El jugador del Cartaginés, quien pasó varios años en ligas europeas, es, con sus 28 años, el mayor de una selección conformada principalmente por jugadores menores de 23. Los 12 partidos de clase A (juegos de selecciones mayores) y sus cuatro goles con la casaca tricolor lo confirman.
Eso lo transformó de inmediato en uno de los líderes de tan bisoño grupo y le auguraba la titularidad durante el torneo.
Sin embargo, Brenes dilapidó la oportunidad por una mala decisión, al cometerle una falta artera e innecesaria al internacional colombiano Luis Amaranto Perea, jugador del Atlético de Madrid, uno de los grandes equipos de la liga española de futbol.
Brenes llegó a destiempo a la jugada y aún así lanzó su pie para tratar de frenar a Perea, golpeándolo con la planta de su zapato en la rodilla.
Al árbitro chileno Enrique Osses no le quedó más remedio que mostrarle la primera roja que se registra en el certamen, y también la primera en la contabilidad de Costa Rica en sus cuatro presencias en Copas América.
Corría el minuto 28 y la Selección se plantaba muy bien ante los sorprendidos colombianos, que no podían doblar a la joven selección costarricense.
Sin embargo, la inferioridad de jugadores en la cancha terminó de inclinar la balanza.
“El partido estaba equilibrado. Cuando viene la expulsión de Brenes, el partido cambia completamente. No esperaba quedarme con 10 hombres en un primer tiempo. Me sorprendió esa barrida. Considero que fue una expulsión un poco por falta de experiencia”, enfatizó Ricardo La Volpe.
Para los jugadores de la Selección, el juego hubiera sido otro si se hubiese tenido el plantel completo los 90 minutos.
“El equipo estuvo bastante bien, pero si hubiéramos jugado 11 contra 11, hubiera sido diferente. Con el equipo completo, nos vimos bien y tuvimos opciones de gol. Al quedar con un menos, dimos más espacios”, citó el capitán tico Johnny Acosta.