El remate de Delberth Cameron en tiempo de reposición solamente sirvió para rectificar una cosa: Cartago no merecía estar entre los primeros cuatro del torneo.
Pese a su juego de ayer –impulsado por la ilusión como motor principal–, los brumosos se quedaron cortos y aunque terminaron con dos hombres más no pudieron descifrar el enroque caribeño.
El partido fue de ideas trabadas en el medio campo, con José Sánchez, Eduardo Valverde y Pablo Brenes como dueños del balón y un cuadro limonense redoblando esfuerzos para intentar recuperarlo.
En forma paradójica, a veces con el esférico en los pies, no se hace nada, pues algunos equipos como Limón prefieren dinamitar el camino al marco y así evitar que el rival se acerque con peligro.
Así, el juego se tornó en un verdadero acertijo para el técnico brumoso, Johnny Chaves, pues las armas eran escasas ante el repliegue limonense. Además, sumaría una preocupación más con la lesión de su capitán, José Villalobos, en las primeras acciones de juego.
Al adelantar líneas, los blanquiazules sabían que se jugaba al filo de la navaja, pero no había más, pues aquellos momentos la ventaja herediana en el otro juego ya era por todos conocida y con esto no había más que atacar y atacar.
Dos jugadas arteras de Dave Myrie y Joseph Centeno en menos de tres minutos mermaron a los caribeños de dos jugadores claves, lo que ayudó a alimentar la ilusión de cientos de aficionados que viajaron al puerto del Caribe con la consigna de celebrar su clasificación.
Las caras de desesperación de los aficionados blanquiazules comenzaron a aparecer en los instantes finales, mientras, en la cancha, un tremendo Erick Sánchez se encargaba de callar una y otra vez el grito de gol bajo el marco caribeño.
Cuando ya no hubo ni tiempo para lamentarse, un contragolpe fugaz y un remate con todo el veneno del mundo por parte de Cameron le echó tierra a todas las ilusiones brumosas que en menos de cuatro días cambiaron los festejos, por un silencio sepulcral.
Celebró la poca clientela del Juan Gobán, como desahogo tras 12 juegos sin ganar, mientras que Cartaginés llora su desdicha y se queda otra vez con el casi, casi.