El salto de la gerencia deportiva a la dirección técnica que sigue ganando popularidad entre los clubes costarricenses no sucede en el fútbol de primer mundo.
Esa costumbre, que en equipos como Cartaginés y Saprissa está tomando tintes de norma, carece de lógica por ejemplo dentro del organigrama del balompié argentino, donde está claro que a la gerencia o dirección deportiva se llega sin ninguna aspiración al banquillo.
“Cuando un técnico flaquea o es destituido, la función del gerente es definir un perfil para su sustituto, jamás buscar serlo. Nosotros somos un puente entre el banquillo y la directiva, tenemos que buscar proteger al técnico, jamás hacerle sombra”, afirmó Juan Simón, director deportivo del Boca Juniors.
El argentino reaccionó con asombro ante lo que sucede en Costa Rica y aseguró que en su país los gerentes ni siquiera entran en el ámbito de la posibilidad, pues sus funciones son claramente otras.
“Puedo hablar por mí y varios colegas en que ni siquiera tenemos esa preparación, no es lo que se busca en un gerente. Es más, mi política en Boca es que ni siquiera el entrenador de la reserva puede tener aspiración de llegar a Primera, ese no es un trampolín, no se puede trabajar en paz con una amenaza así a la par, es ilógico”, sentenció.
Lo mismo pasa en México, donde los interinos llegan provenientes de las ligas menores y nunca van más allá de unos cuantos partidos hasta que se firme un relevo.
“Si allá (México) un técnico se va junto a su asistente, digamos, el organigrama dice que el técnico de la Sub-20 es quien asume y por unos tres partidos hasta que llegue el nuevo técnico. No es como aquí que terminan quedándose y menos que sea el gerente”, detalló Víctor Badilla, exgerente deportivo de Saprissa y hasta hace poco también director deportivo del Pachuca.
“Yo no podría decir si es correcto o no, no me toca a mí, pero sí señalar que el que sea costumbre no significa que esté bien y que no es común en otras latitudes”, afirmó Badilla.
España igual. Para ir más lejos también está el ejemplo del fútbol español, donde los gerentes o directivos deportivos son nada más eso.
Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona desde 2010, estuvo por ejemplo a cargo de la transición entre Pep Guardiola, Tito Vilanova (q.d.D.g) y ahora Luis Enrique, sin que su nombre sonara nunca como un posible.
Ni qué decir de Jorge Valdano, quien ni aun habiendo sido técnico del Real Madrid en el pasado aspiró a volver en su paso como director general del conjunto blanco.