Alajuela. Hace apenas una semana, los verdolagas de Carmelita desfilaron de la cancha al vestuario con sus caras largas y una evidente sensación de fantasmas.
Ayer fue todo lo contrario. De la misma gramilla sintética del Morera Soto, los hombres de Guilherme Farinha salieron exultantes, abrazándose entre ellos y disfrutando de un triunfo que, si bien no fue “de campanillas”, agregó el aliciente de que Belén, el rival vencido, había despojado del invicto a Liga Deportiva Alajuelense, ¡en el mismo escenario!
“Sabíamos que este partido era vital, no solo porque, aunque está difícil, aspiramos a clasificar, sino porque hace una semana nos habían ganado un juego en el que no estuvimos nada bien”, comentó Ángelo Padilla. “Sí, la verdad, estoy muy contento, pero más que por mí, por mi familia, que está en Guatemala y que me apoya siempre, en la buena y en la mala.
“También estoy motivado por los seis goles que llevo en el certamen, pero no olvido de ninguna manera que los juegos que vengan serán a muerte para nosotros”.
“Si usted analiza los últimos partidos de nuestro equipo, la verdad es que fueron buenos, salvo el que perdimos contra el Santos. Pero, en solo una semana tuvimos un cambio que, para mí, se debió a una nueva y positiva actitud mental”, dijo Verny Ramírez.
Pedro Leal respaldó las opiniones de sus compañeros. “Para mí, la clave es concretar. Hoy (ayer) tuvimos como nueve ocasiones de gol e hicimos dos. ¡Ahí está la clave!”
En el fútbol, la tristeza se va en cuestión de una semana.
Pero también existe la alegría fugaz, como la de Belén, que le quitó el invicto a la Liga. Y en unos pocos días, esta se volvió efímera.