Los dirigentes de los llamados "equipos pequeños" se sienten asfixiados por los altos fichajes que se pagan en los denominados "clubes grandes".
La inflación en el futbol se torna temerosa en esta clase de instituciones pues estos clubes hacen enormes sacrificios y dependen, en una gran mayoría, de las taquillas para sobrevivir.
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Carlos González, presidente del recién ascendido Carmelita, aseguró: "Los altos fichajes perjudican a los equipos pequeños al cobrar más los jugadores de lo que nosotros podemos pagar."
Los movimientos en el mercado futbolístico pueden conducir, para el dirigente verdolaga, en una inflación descontrolada.
Su colega turrialbeño, Oscar Argüello, agregó que el efecto se da al imponerse un sobreprecio con lo que se llega a especular sin una base real.
"Esto va en detrimento de los equipos pequeños porque los grandes pueden pagar estrellas para tener mayores posibilidades de clasificación", comentó Argüello.
El azucarero señaló: "Los jugadores a veces cobran un precio alto sin que lo valgan."
Alberto París, presidente de Puntarenas, reconoció: "Esta situación sí perjudica al futbol en general y eso lo llevará a la bancarrota.
"Ni ellos mismos -los equipos grandes- van a poder pagar altas cifras; los clubes deben entrar en una etapa de austeridad", expresó París.
París afirma que esta situación afecta a jugadores que son tentados por otras instituciones al creerse ellos (los futbolistas) que son caros.
El dirigente chuchequero acusó a los medios periodísticos, por "utilizar titulares sensacionalistas", lo que provoca una superinflación en el precio de los futbolistas.