Santa Bárbara. No fue una tarde de fútbol vistoso. Esa cualidad estuvo ausente y el trámite del encuentro se tornó tedioso y sin gol.
Belén y Pérez Zeledón se citaron en el Carlos Villalobos y se esforzaron por mostrar algo diferente. Pero la fuerza y el marcaje estricto fue la tónica de un juego que no entusiasmó ni emocionó.
Un 0-0 fue el justo resultado a lo que se vio en el campo, que fue poco. Cero fútbol por donde se viera y cero respuestas en el campo.
Fue la típica convocatoria de que, en el choque de habilidades, los defensas descollaron más y frenaron con rigor a los artilleros.
Los más entusiastas del duelo en Santa Bárbara fueron una treintena de niños de la escuela vecina al estadio, la Juan Mora Fernández.
Lo contrario al sector de prensa, en que hubo competencia de bostezos y lamentos entre los comunicadores por el pobre espectáculo.
Los belemitas eran los obligados a llevar el manejo del partido y plantearon un mediocampo dinámico, con Acosta en la contención, Cordero en la creación y los pases largos, y con Varela más adelantado, para apoyar a los tres arietes.
Pero enfrente hallaron una muralla, liderada por el mejor jugador del partido, el veterano Roy Myrie, impasable por alto y por bajo.
Lo mismo se reseña del sector defensivo local, con dos expeditos centrales como Wílliam Quirós y José Chan, quienes no dieron facilidad de gol a Alpízar ni a Ronchetti.
Las opciones que generó Pérez fueron escasas, a partir del siempre laborioso Montoya, la zurda talentosa de Barrantes y los esfuerzos de Gatgens y Monge, quien poco a poco recupera su nivel tras una lesión prolongada, aunque no pesó ayer.
La única acción llamativa en ambos bandos fue al 43’, cuando el arquero de Belén, Fernando Valverde, desvió con agilidad un cabezazo traicionero de Fonseca.
El fallo fue justo y reinó el 0-0.