El acto protocolario del arreglo de pago del Deportivo Saprissa con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tuvo un guiño a la historia morada: lo atestiguó Gabriela Murillo, gerente de Tecnología de la institución estatal e hija del desaparecido Álvaro Murillo, uno de los más grandes jugadores de la S.
Álvaro Murillo también era el nombre de la desaparecida cancha anexa que hoy es un parqueo, el cual sirve de garantía en el caso de que Saprissa incumpla el acuerdo de pago firmado ayer.
El acto fue presidido por Ileana Balmaceda, presidenta de la Caja. Mientras tanto, el documento del arreglo lo firmaron Sergio de la Ossa, gerente administrativo del Saprissa, y Manuel Ugarte, gerente financiero de la Caja.
Mientras la jerarca de la institución de seguridad social se congratuló por el acuerdo que puso al Saprissa en paz (lo tildó de un “golazo”), la alta autoridad del campeón nacional se limitó a asentir las palabras de Balmaceda.
Luego, tras la firma se retiró sin conversar con la prensa, salvo para disculparse: “No vamos a dar declaraciones. Vamos de urgencia, porque tenemos clásico esta noche (ayer)”, aseveró De la Ossa de manera amable.
Remitió a un eventual comunicado de prensa que, al cierre de esta nota (6 p. m.), no había llegado.
La semana pasada, cuando se conoció la aprobación del arreglo propuesta por la S, tampoco ofreció parecer alguno, a la espera, dijo, de instrucciones de México..., que tampoco llegaron.
La firma se realizó en el noveno piso del edificio principal de la entidad, a las 3:33 p. m.
Saprissa debió pagar ¢151 millones como primer paso del arreglo.
Por los próximos 12 años, los tibaseños quedan obligados a pagar $18.000 mensuales (un poco más de ¢9 millones).