Si bien la Tricolor sacó un marcador decoroso e hizo algunas cosas que reconfortan, quedaron ayer en evidencia las distancias que separan el futbol del alto nivel a lo que se juega en nuestro país.
Una cuestionada selección francesa dio una lección de conceptos tácticos, de futbol asociado, toque y dinámica a un combinado patrio que acusó los errores usuales del balompié tico.
Es cierto que Costa Rica y Francia tienen objetivos y tiempo de preparación diferentes; mas, también es cierto que los errores de concentración, la intensidad de juego (deuda permanente), el partido que se va de última hora y los yerros a la hora de definir son parte del día a día de la Selección: solo recordemos el porqué el Mundial lo veremos por
Sin embargo, el equipo trató de jugar e intentó hacer las cosas bien y eso es como la valentía en el boxeo: siempre se agradece.
Francia archivó el
Por el costado derecho tricolor, Franck Ribéry le complicó la vida a Roy Myrie y por ahí fue el trillo que buscaron
Si embargo, el primer golpe contundente fue tico: un derechazo “marca Carlos Hernández” rompió la red francesa y abrió el marcador para dejar boquiabierto a un estadio de Lens entregado por completo a los suyos.
La ventaja tricolor, sin embargo, no duró mucho: un balón robado al mismo Hernández cerca del área costarricense fue servido por Gourcuff a Ribéry, quien centró ante Keylor Navas (hubo un desvío de Douglas Sequeira en la acción).
El juego no cambió mucho: Francia siguió al ataque contra una Costa Rica enconchada y muy cerca de su área, lo que le daba un peligroso margen de maniobra a los atacantes locales.
Y, de nuevo, la Sele, cuando pudo salir de su encierro, tuvo dos oportunidades de helarle la sangre, en una gélida noche, al
Costa Rica jugó al filo de la navaja: rígida en sus movimientos, en ocasiones se vio desbordada por el vértigo francés; entonces, apareció Keylor Navas con tres intervenciones soñadas para evitar que los franceses se montaran en el marcador y en el juego.
Al final de cuentas, el gol francés siempre cayó: una mala cobertura le dio la posibilidad al recién ingresado Mathieu Valbuena de sacar un remate cruzado para decretar el triunfo francés..., victoria que entra dentro de la lógica.
Y se acabó. Esto ya es historia y ahora sigue Suiza.