Siete derrotas en el torneo, las últimas cuatro de manera consecutiva, hacen de la Universidad de Costa Rica un equipo “sotanero” y con una profunda crisis de resultados, a la que los mismos académicos no le encuentran una explicación, por más que la buscan.
Ayer en el Estadio Ecológico se enfrentaban a una difícil prueba. Recibían al mejor equipo del torneo, Alajuelense.
Fue un juego disputado, en el que los celestes tuvieron para anotarle al líder costarricense; pero no se pudo y se tuvieron que conformar con el 0 a 1.
Fue un nuevo trago amargo para las intenciones estudiantiles. Ellos aducen que el trabajo que realizan, semana a semana, no se ha reflejado en los resultados.
“Acá salimos siempre a ganar. Partido a partido, lo damos todo, trabajamos bien; pero así es el futbol”, manifestó un cabizbajo Windell Gabriel, delantero celeste.
Por su parte, el técnico Juan Diego Quesada no ocultó su sinsabor por el difícil momento que atraviesan, pero aseguró que el problema es un conjunto de factores y que no es culpa de una sola persona.
“Tuvimos a la Liga 45 minutos dentro del marco. Pese a las limitaciones que tenemos, intentamos hacer lo mejor. Si me echan a mí o no, el problema seguiría, ya que este equipo no es solo del técnico”, enfatizó el timonel.
Adémás, Quesada resaltó la madurez de la junta directiva universitaria. Según él, la directiva no se deja llevar por presiones externas al tomar sus decisiones.
“Antes de decidir si me despedían o no, la junta directiva hizo un análisis de los factores que estaban influyendo en el bajo rendimiento, llegaron a conclusiones y por eso estoy aquí. No toman decisiones al calor de un resultado. El problema no es de técnico”, manifestó.
La UCR integró a tres nuevos refuerzos. Estos son Alejandro Castro y Kendall Waston, que provienen del Saprissa, así como el veterano Richard Mahoney.