El futbol costarricense vive una crisis de valores. Si los jugadores se dan de puñetazos y patadas y no hay castigos, o son mínimos, no es un problema de reglamentos. Es un problema de valores.
Explica la Liga que apelaron el castigo de McDonald y Palma para “defender la institucionalidad del equipo”. Como si en la misión y la visión apareciera “alcahuetear a los futbolistas que visten el uniforme del club”. ¿Y acaso el respeto, la disciplina y al fair play no forman parte de la institucionalidad de este equipo? Entonces, ¿qué es la institucionalidad? ¿Ganar partidos nada más, a cualquier precio?
Alajuelense aprovechó que los reglamentos están llenos de vacíos. Todos los años la Unafut hace la misma pantomima: sus dirigentes salen diciendo que es cierto, que hay omisiones, pero que las van a corregir cuanto antes. Todos los años. Un anterior presidente de Unafut dijo que los portillos había que “cerrarlos con cemento”. Por dicha el señor no se dedica a construir casas, porque el cemento se le derritió con el primer aguacero.
Pero, adivinen quién redacta y aprueba los cuestionados reglamentos. ¡Pues los propios clubes! Es el gato cuidando la leche. Seguramente no están muy preocupados en hacerlos estrictos, pues a fin de cuentas sería legislar en contra de ellos mismos: saben que en algún momento un “angelito” se les va a salir del saco y, entonces, lo perderán por quién sabe cuánto tiempo. Es justo lo que le pasó a la Liga esta vez: el escándalo de las apelaciones se debe principalmente a que no se imaginan este mundo sin Jonathan McDonald. Y en eso tienen toda la razón, porque los otros delanteros no aportan mucho.
Me quiere, no me quiere ' Como parte del mismo sainete, pretendieron quitarle a McDonald a la Selección Panamericana, luego de que lo habían cedido. El apoyo de los rojinegros a las selecciones menores es impresionante: a la Preolímpica no le cedieron ninguno en la pasada eliminatoria, y a la Panamericana le dieron a un jugador suspendido 13 fechas (en ese momento) y a otro que tiene un año de no jugar por una lesión. Aunque, para ser justos, la mayoría de los clubes no colaboró con el grupo de Carlos Watson.
Heredia, que había desistido de apelar la sanción a Barbosa para “dar el ejemplo” (según dijeron en aquel momento), ahora está reconsiderando su posición, de acuerdo con el gerente. ¿Entonces? Los valores tienen que estar escritos en piedra, no es que hoy sí y mañana no. Pero los valores de verdad, no los de esa moral relativa que el futbol usa a conveniencia. En teoría Heredia ya no puede apelar, pues el plazo venció, pero tranquilos, estoy seguro de que sabrán encontrar algún portillo.