Cada fecha de este Invierno 2010 es una jornada de espanto para el Saprissa: el futbol que muestra es escaso y el coraje no le alcanza para salvar un punto..., cuando menos.
En cada jornada de este campeonato la afición saprissista vive entre el sobresalto y la angustia: ni en la Cueva están tranquilos porque la S pierde ahí con facilidad pasmosa, pues ayer cayó por tercera en sus últimos cuatro juegos.
Los campeones nacionales quedaron al borde del abismo, empujados por un Barrio México que demostró mayor oficio para sacar un triunfo sonado.
Con maña y astucia, los canelas sacaron una victoria merecida que confirma el trabajo de estos meses y los deja como uno de los candidatos serios al cetro de este torneo.
A pesar de esto, a los mexicanistas les faltó cierto colmillo para manejar con mayor propiedad el juego, para administrar con sapiencia cuando se pusieron arriba en dos oportunidades (0-1 y 1-2).
En ambas ocasiones, el cuadro de la franja roja dejó esfumarse la ventaja en menos de lo que se tarda en contarlo.
Las dos anotaciones de Maykol Ortiz (ambas por la vía del penal, ambas a la mano derecha del reaparecido Fausto González) fueron respondidas con prontitud por el Saprissa (hay que reconocer que el equipo lucha): en la primera le tomó cuatro minutos; en la segunda, unos segundos.
Primero empató Wálter Centeno, con un excelente remate en “bola quieta” (prácticamente lo único que le queda de lo que fue su repertorio); luego, Armando Alonso consiguió la segunda paridad al sacar provecho de un despiste de la zaga visitante.
Hay que decir que el Barrio demostró fuerza anímica porque no se cayó en ninguna de esas dos ocasiones en que fue “cazado” por el
Solo recordemos cómo, hace tres semanas, Limón se desbarató cuando S le aplicó la misma receta de responder con rapidez.
Los canelas le quebraron el ritmo a sus rivales, sobre todo en el segundo tiempo.
Como el empate le era tan útil a la S como un diccionario de eslovaco en el parque de Tibás, los cambios de Roy Myers (ausente del banquillo por una sanción) fueron de ataque; mas no se trata solo de poblar la línea ofensiva, se trata, como dice la canción, de saber llegar..., y lo hizo el Barrio.
Como sucedió en el primer duelo entre ambos (también quedó 3 a 2), los mexicanistas se dejaron el triunfo en tiempo de descuento: en esta ocasión fue Hansell Aráuz el encargado de sentenciar y, de paso, poner al Saprissa a punto de consumar uno de los peores ridículos de su rica historia.
Siempre se cosecha lo que se siembra y el cuerpo técnico y los jugadores saprissistas hasta el martes pasado vivieron de espaldas a la realidad, sin admitir que el Invierno fue de espanto.