Saprissa evitó que la Liga resucitará donde más le habría dolido a los morados, en la Cueva . Lo hizo con la suerte de un campeón, esa que le llevó a levantarse de las cuerdas y lanzar un golpe agónico que se convirtió en autogol.
Se trató de uno de esos clásicos cerrados, de tensión, lucha y escaza emoción en los marcos.
Tanto así que, salvo por los dos discutidos penales y la anotación en propia meta, solo hubo tres ocasiones claras de gol: dos para los erizos y una para el local.
Los suspiros fueron obra de Johan Venegas, quien puso justicia al dominio manudo –de penal– al 54’, y Jonathan Moya, ese debutante que luchó e impulsó la pelota para el autogol, al 90’.
Del estudio al control. Alajuulense salió ganancioso de los rounds de estudio. Se impuso en defensa, controló –por primera vez en muchos juegos– a la media morada, y fue el que mejores golpes asestó en la primera mitad del juego.
Jonathan McDonald fue el pararrayos y principal arma eriza. De él y sus batalladoras corridas salieron las mejores jugadas.
Fue el abucheado Mac quien le ganó la faena a Adolfo Machado para centrarle a Armando Alonso, al 20’, en un ataque que no acabó en gol solo por la oportuna intervención de Keilor Soto.
El mismo ariete manudo se alió con Venegas para enarbolar un vistoso contragolpe que acabó en el mano a mano frente a Danny Carvajal, al 40’. El meta le ganó el duelo a Johan, pero el sílbatero Henry Bejarano decretó penal.
Los dos minutos transcurridos entre sanción y cobro sirvieron para acrecentar las dudas en la cabeza de Ariel Rodríguez, quien ya ha dado numerosas señales de no tener nervios para este tipo de definiciones.
Sí, Carvajal volvió a salir airoso en un penal de clásico. Ya se lo había hecho a Álvaro Sánchez y anoche se lo hizo a Rodríguez, quien (se supone) también debió haber cobrado en el Nacional.
El golpe fallido resultó insuficiente para hacer tambalear a un campeón. Pero no fue el único...
La S reaccionó al iniciar la complementaria y amenazó gracias a esa ágil zurda que llamamos Deyver Vega y que se ha erigido como el mejor blasón para dañar al archirrival. Él creó la única acción clara del local, en una entrada por derecha que sirvió para que Moya volará el remate frente al marco.
La respuesta fue casi letal: otra escapada de McDonald llegó al área y en el duro corte de Machado Bejarano vio penal.
Carvajal casi lo detiene pero el cobro de Venegas –fuerte, preciso y esquineado, al 54’– fue el golpe certero para marear al campeón.
Y la Liga pudo noquear al Monstruo . Rodríguez dejó a McDonald de cara al gol, al 72’, pero Danny volvió a ser salvador.
Un perdón que salió caro en la agonía del juego, cuando Saprissa acudió al desespero de los pelotazos y en el ping pong del cierre se encontró batallando a Moya, quien pugnó con todo la bola y no se quedó tranquilo hasta verla en el fondo de los cordeles, aunque fuera asistido por el rostro de Patrick Pemberton.