Esteban Fallas Guzmán sueña como cualquiera. Se imagina en el Camp Nou defendiendo el marco, pero lo hace en silencio.
Su meta: quiere ser arquero y no piensa detenerse, su mirada dice más que mil palabras, y así, atrás queda ser un pequeño que no puede escuchar y se comunica por lenguaje Lesco.
Esteban tiene su cabeza rapada porque admira a Víctor Valdés; antes quería ser como Keylor Navas pero es fanático del Barcelona y no le perdona la firma con el Real Madrid.
Esteban tiene 11 años. Él sonríe, patea y disfruta con el fútbol sin ninguna limitación.
El mayor de dos hijos de la familia Fallas Guzmán fue uno de los 122 niños que disfrutaron del campamento que hizo el FC Barcelona en el país, el cual contó con 12 niños sordos de escasos recursos económicos, gracias a una beca de parte de la Unicef y la Fundación MECO.
Esteban ama volar en procura de una pelota, le encanta colgarse de la redonda y los duelos de penal con los rivales.
Primero mira fijamente al cobrador, le sonríe, después mueve sus manos para arriba y abajo, luego se lanza, normalmente al lado derecho. Atajó tres de cinco tiros; sus padres orgullosos celebraron desde la gradería.
“Ama el fútbol, a veces se va de la casa a jugar desde la 1 p. m. y regresa hasta las 8 p. m. Estoy muy orgullosa por verlo así”, afirmó por medio de lenguaje Lesco la madre, Maureen Guzmán.
Cómo el niño no va a querer el fútbol si uno de sus ejemplos a seguir, su padre Miguel Fallas, llegó a rozar el profesionalismo en el balompié, pese a que también es sordo.
“Yo tuve la experiencia de jugar en Segunda División con Sagrada Familia y Barrio México. Eso fue como una enseñanza para guiarlo a él ahora”, valoró.
Miguel ahora aconseja a uno de sus dos orgullos, debido a que tiene otra niña de ocho años.
“Él tiene que tener claro que todos somos iguales. Además le aconsejo que se fije mucho en la parte visual de las instrucciones que se dan y así se pueda comunicar”, explicó el padre.
De hecho, en la práctica de ayer en Moravia, Esteban se valió de gestos y señas para comunicarse con sus compañeros y profesores, aunque también se contó con intérpretes de Lesco.
“Esta semana fue de las más lindas de mi vida, la verdad es que me sentí muy bien entrenando con el FC Barcelona”, describió.
Sin duda, para esta ocasión y aunque a él solo le gusta ser arquero, Esteban con su positivismo, esfuerzo y determinación le anotó al ángulo a la vida.