Heredia. (Redacción). Esperaron 19 años por el título y aguardar unas horas más no los iba a separar de la oportunidad de celebrar con sus nuevos ídolos.
Unos 15.000 aficionados colmaron el Rosabal Cordero y sus alrededores para esperar a los nuevos campeones. El trajín desde Guápiles se hizo largo y por eso la llegada se atrasó hasta las 3 a. m. de la madrugada de este domingo.
No importó. Los aficionados querían cantar, gritar, gozar y agradecer a los campeones.
El camino entre la ruta 32 y el centro de Heredia, pasando por San Isidro y demás pueblos aledaños, fue un desfile. Cientos, si no es que miles, de aficionados se salieron de sus casas para festejar el paso de la caravana y hacer bulla con ollas, tarros, cucharas, tambores... Lo que pudieron conseguir.
En verdad que en esta ufana noche herediana parecía que toda la provincia de las flores salió a celebrar: hombres, muchachas, niños, ancianas, mascotas, de todo tipo de aficionados saludaron a la caravana del triunfo.
Lo máximo y sublime fue la llegada al estadio. Esa querida casa donde hace seis meses se lloraba con amargura el campeonato de la Liga y que esta madrugada también veía correr lágrimas, pero estas de alegría.
Los futbolistas se subieron a una carroza y, a paso de tortuga entre un mar de gente, se acercaron al estadio. Entraron y en medio del sagrado hogar levantaron la copa, la número 22 de las vitrinas heredianas.