1 ¿Fue un error que usted no pitara el penal de Víctor Núñez?
–Eso no fue un error, fue un horror. Pero yo no vi la acción, no tenía visibilidad. Quien sí tuvo la mejor ubicación fue mi asistente, Javier Rojas, pero no me indicó nada. Por eso también lo sancionaron. Hay que aclarar que a mí me sancionaron no solo por esa acción, sino por un berrinche que hizo el herediano Óscar Rojas. Esa acción tampoco la miré.
2 Pero usted fue el árbitro central y no puede argumentar que no vio esas acciones.
–Estamos de acuerdo. Debí señalar penal y expulsión, esto está claro. Lo que digo es que por mi experiencia y de acuerdo con el reglamento, un partido lo dirigen cuatro personas y que el árbitro central recibe el apoyo de sus asistentes, que para eso son. Si uno no tiene buena visibilidad, sus compañeros deben orientarlo a tomar una buena decisión, a señalar una falta cuando ocurra.
3 ¿Está de acuerdo con la sanción?
–Más allá de que a nadie le gusta que lo sancionen, la verdad es que esa acción debió señalarse. Es más, era fácil de pitarse como penal y roja, pero yo no la vi.
4 ¿Afectan los castigos a los árbitros?
– Sí, porque meten más presión, pues el árbitro llega a un partido pensando en cuántos partidos le meterán si comete un error. Y lo peor es cuando se hace público.
5 ¿Por qué se cometen tantos errores en el arranque del torneo?
–No es que ahora haya más errores, los árbitros siempre se han equivocado. Lo que pasa es que ahora esas fallas son más expuestas ante la prensa, pues hay más medios, cámaras, analistas arbitrales, etc. Una decisión equivocada se publicita más, se ve y se comenta más en el país.
6 ¿Una posible solución a estos errores?
–Que los árbitros tengamos diademas con intercomunicadores, pues así los asistentes o el cuarto árbitro pueden indicar cualquier acción que el central no vio.