El lugar común diría que todo fue fríamente calculado. En el libreto del vencedor. En la medianía del espectáculo. En la tarde de hielo.
Para vencer por 2 a 0 a Limón, Saprissa puso ayer en juego solo las dosis del sudor necesarias.
No había por qué prodigarse tanto, si de previo las cartas estaban desplegadas sobre la mesa.
A los tibaseños les bastaba con triunfar por cualquier cifra y esperar, simplemente, esperar.
Con el empate que obtuvo Alajuelense en la Vieja Metrópoli, la Liga ratificó el liderato y dejó a los morados en el segundo peldaño.
En tales circunstancias, Saprissa enfrentará a Herediano y la Liga se las verá con Limón en la fase semifinal del torneo de Invierno.
Esta vez no hubo magia ni artificios de cibernética en el libreto de Luis Fernando Fallas.
Se comprende, pues al promisorio estratega del Caribe, precisamente, por el tema de la baraja, le servía cualquier resultado.
Por esa razón, su plan de juego venía tildado con líneas de dosificación y cautela desde la pizarra.
Tanto es así que, al fin de cuentas, solo en una ocasión, con el recurso de la vieja jugada de pared, Limón inquietó a su rival.
Picardía de Elizondo. Entre tanto, la propuesta de Daniel Casas designo en César Elizondo la misión de tocar, recibir y tocar.
Con su conocida sagacidad, el pequeño delantero sembró en varias ocasiones el desconcierto en las cercanías de Jairo Monge, guardameta debutante de Limón.
Si en el primer tiempo no cayeron más anotaciones que la de Jorge Alejandro Castro, al 25’, ello se debió a que los morados no estuvieron finos en la puntada final.
También influyó la brisa. Impidió que lloviera fuego sobre la meta de Monge, quien se vio sumamente nervioso en la primera parte.
En la segunda, pese a que sufrió un nuevo contraste, obra de Manfred Russell con un globito en los cordeles, al minuto 51, el novato arquero mejoró sustancialmente su rendimiento.
Este mérito le cabe al técnico Fallas. Lo mantuvo en su puesto y en el segundo lapso, el chico mejoró.
Armas ocultas. Tanto Casas como Fallas optaron por velar sus armas y darle rodaje a algunas de sus piezas, con miras a lo que viene.
Por esa razón y los motivos descritos, como el frío en la tarde y la ventisca con sensación de lluvia, las acciones decayeron notoriamente en el segundo capítulo.
Juan Bustos Golobio y Ariel Rodríguez volvieron al terreno, pero Saprissa no mostró otra cosa que cierto cálculo y dosificación, pues lo importante es lo que viene.
Un andén es una especie de acera al borde de la calzada o del ferrocarril. Sirve para esperar.