Koge, Dinamarca Dennis Marshall oyó hablar del interés de un equipo danés durante la Copa de Oro del año pasado. Luego se desentendió del asunto, hasta que un viernes su representante le dijo: “Quieren contratarlo, pero hay tiempo hasta el lunes”.
El mercado de pases en Dinamarca cerraba en 48 horas. Hubo un pequeño contratiempo: el club de Marshall, Herediano, no estaba convencido de dar el sí.
“Yo llamé a los dirigentes heredianos a preguntar cuál era el problema, hablamos y todo se pudo arreglar. Entonces el sábado me llamó el representante, que todo estaba listo para firmar”, comentó Marshall en la ciudad de Koge, ubicada a 30 kilómetros de la capital Copenhague.
La entrevista se hizo en este lugar, y no en Aalborg, pues el día de la visita de La Nación el equipo de Marshall tuvo que desplazarse a jugar fuera de casa un partido por la Copa Danesa. Al tico le correspondió anotar el gol del triunfo.
Luego de arreglar su traspaso en un par de días, apenas tuvo tiempo de hacer la maleta, despedirse de su familia y viajar.
“La primera vez que me contactaron había podido buscar algo de información sobre el equipo y la ciudad. La segunda vez, antes de tomar la decisión hablé con mi papá y él me dijo que si yo lo quería hacer, que diera el paso. Eso me terminó de convencer”, relató.
A cambio del sueño europeo, tuvo que dejar en pausa momentánea los estudios para obtener una maestría en administración de negocios. Marshall pertenece a esa extraña categoría de jugadores que combinan la pelota con los libros.