Juro decir toda la verdad y solamente la verdad". Aquella frase de Valdeir Badú Vieira tomó fuerza conforme el entrenador manudo hizo cada denuncia con la que dejó al descubiero la cruda realidad que se vive, desde su óptica, entre las paredes del Alejandro Morera Soto.
Sus "geniales ideas", como según él las calificaron los directivos manudos, "hoy ya no son tan geniales". Sus baterías se enfilaron hacia unos miembros de la directiva, pero no quiso revelar nombres. Mario Chacón, presidente alajuelense, dijo que "los asuntos en la Liga se resuelven en la Liga". (Vea nota aparte).
El siguiente es el relato de Badú. Compártalo y juzgue usted. "Tengo 40 años como entrenador. Tengo lo suficiente para trabajar en la Liga. Tener el sueldo al día a los jugadores no es más que una obligación sagrada, pero el manejo del equipo no es más que mi obligación.
"Para jugar el clásico he solicitado, como en las cuatro anteriores (veces), que se nos alquilara un hotel de 5 p.m. a 12 medianoche. La idea es reunir a los jugadores en un lugar seguro y contar con espacio dónde dar la charla técnica, porque los camerinos de Saprissa, en un clásico, prefiero evitarlos.
"Si me lo niegan sin la justificación válida, están perjudicando la preparación que hago para el partido. Solicité el lunes pasado que también me dieran un autobús para llevar mañana (hoy) al equipo al volcán Irazú y también me lo negaron. Es curioso, el año pasado me acordaban todo... ¡Todas mis ideas eran geniales!
Contacto con Heredia
"Una semana después de la pretemporada, noté que el ambiente no me era tan favorable porque ellos han querido interpretar como traición mi contacto con Heredia. Heredia vino, y quiero que se sepa la verdad, a recogerme a mi casa y me llevó allá. Fui en un momento en que no tenía el contrato con la Liga ni tampoco la garantía porque me estuvieron enredando un mes para renovarme, esperando la final del campeonato. Como gané a Saprissa, entonces sí me renovaron."Lo que pasa es que yo, para no intranquilizar a la afición y equipo, hice lo mismo que Juan Carlos Arguedas: me voy a quedar. Arguedas era el que más quería quedarse en Alajuela y salió de aquí como un villano. A mí una parte de la junta directiva me quiere echar. Aclaro, Iván Mraz se mantiene al margen. El (Iván) está destruido por lo que aquí pasa.
"No temo. Tengo un contrato y quiero cumplirlo. He sido presionado a renunciar y ya lo han intentado. Me han dicho que gano demasiado. Quiero que ellos, esos miembros de la junta directiva, me dejen trabajar, y que no me impongan jugadores. Han querido imponerme un defensa porque quieren echar a Mauricio Montero. Han querido sacarlo con todas las fuerzas porque es otro, al igual que yo, que tiene mucha personalidad.
"Hablo tan abiertamente porque alguien tiene que defender el equipo. Aquí, en Costa Rica, están acostumbrados a multar a los jugadores y eso de tocar el suelo es criminal. Quiero saber qué me critican los directivos. Tengo el equipo más disciplinado y me cuestionan lo contario. Tengo el equipo con la defensa menos batida y me dicen que es lenta. Me quitan cuatro delanteros (Lassiter, Hernández, Astúa y Arguedas) que el año pasado hicieron 60 goles y aun así tengo el equipo más goleador. Ellos quieren forzarme a tomar una decisión con mentiras y críticas. Soy el entrenador de Alajuela que ha tenido el más alto rendimiento.
Muchas presiones
"Aquí hay muchas presiones. Un día vino a mí Froylán Ledezma en llanto, porque Mario Chacón le había enviado una carta, basado en la denuncia de un señor que dijo que había visto a Froylán en una discoteca. Al señor le dio cargo de conciencia, vino aquí y se retractó después de hacer un reconocimiento visual. Yo pregunto: ¿Qué espera la junta directiva para escribirle una carta a Froylán, disculpándose?"Otras críticas las hacen casualmente contra los jugadores que tienen otro color (de piel). Critican a Wallace y a Froylán. Eso es una coincidencia infeliz.
"Como director técnico y sicólogo social, tengo el derecho de tratar estos casos. Yo no tengo esa mentalidad feudal de que los jugadores son exclavos. Todas esas observaciones se las he hecho a los directivos.
"Me han quitado todo. No acuerdan nada. El año pasado tenía una comparsa para alegrar al equipo y me la han quitado al decir que en el estadio no puede haber música. Esas cosas van contra mi filosofía.
"Hay caprichos de caprichos. Dicen que los jugadores tienen que venir al estadio para irse al Saprissa. Por eso no aprobaron el hotel. Tengo nueve jugadores que viven en San José y ellos quieren que vengan aquí y tomen sus carros y regresen a San José. Sabe, además, que argumentan que es peligroso que un jugador sea secuestrado.
"Alajuela no se maneja como un equipo de primera división y menos como un líder de campeonato. De esa manera desmotivan al equipo. Mi grito es un grito de alerta y ofrezco mi cabeza para que sigan de primero.
"Le voy a dar un ejemplo de lo que pasa con el líder del campeonato: Saprissa, para jugar el clásico, salió el miércoles de Villas Zurquí, merendado y abrigado, y no de una esquina de Tibás, allá por donde queda Sasso, donde esperamos el bus para trasladarnos al Saprissa. No me quedó otra alternativa que aceptar, tras proponer pagar yo mismo el hotel.
"¡Cómo voy a informarles con dos meses de anticipación a los directivos dónde queremos ir, si después de cada empate mi cabeza está en la guillotina! Hace dos meses los directivos me querían ver en Brasil o en Corea. Si somos ejecutivos hay que trabajar como ejecutivos.
"Mis ideas no son geniales este año. Pero hay una que me ha parecido muy genial de parte de los directivos, como fue la de exigir que el equipo hiciera una prueba física...¡No sé con qué fin! Ellos, con esas ideas, lo que hacen es comprometer mi autoridad con el grupo. Si me niegan lo que pido lo que hacen es destruirme y llevarme a la renuncia.
"Sí, el que más sabe de futbol en Alajuela soy yo. El año pasado todo valía y ahora, ¿será que ellos han aprendido tanto y yo no? Aquí hay rencores por lo de Heredia.
"Tengo la conciencia tranquila porque estoy haciendo un trabajo que es digno del mejor equipo del país y si me toca irme por lo menos habré dejado un ejemplo con este grito de alerta.
"No sé si me irán a convocar para mañana (hoy) a la reunión de junta directiva. A mí me gusta más ver tele, yo espero que no me convoquen".