La Universidad de Costa Rica decidió ayer disputar el primer partido de la semifinal ante Saprissa en la casa morada y empeñó así su ilusión de una final a la promesa incierta de una robusta taquilla.
La dirigencia académica esgrimió una serie de razones detrás de esa decisión pero se guardó para el final la de más peso: no dejar escapar la oportunidad de una recaudación histórica para la U.
La imposibilidad de jugar en su estadio por una disposición ya conocida de la rectoría obligaba al equipo celeste a buscar una sede alterna como tantas veces ha hecho en su caminar por Primera.
El Rosabal Cordero era la primera opción, pero Herediano lo necesitará el domingo para enfrentar a Alajuelense en la otra serie y la Fuerza Pública se negó a la posibilidad de tener en Heredia a las tres barras bravas del país. Se podía jugar ahí el sábado, pero la U antepuso un tema de descanso entonces.
La otra opción y más lógica era el Estadio Nacional, pero la Joya de la Sabana está ocupada este fin de semana con motivo de la canonización del papa Juan Pablo II.
El Colleya Fonseca y el Cuty Monge aparecieron en el panorama mientras que Alajuelense puso a disposición el Morera Soto y Cartaginés el Fello Meza: los primeros no eran los suficientemente grandes, los segundos perdían atractivo en el objetivo del llenazo.
Así se llegó hasta la Cueva, una decisión que obvió todo el tema de la equidad deportiva, casi siempre detrás de todo lo económico.
Realidad. “Yo no estoy de acuerdo con esa decisión, no la comparto y me parece que va en contra del juego limpio, pero hay un atenuante económico que pesa y nos guste o no es parte de las limitantes del fútbol de este país”, aseveró con honestidad Osvaldo Pandolfo.
El jerarca de Unafut reconoció que aún queda mucho por mejorar en el balompié tico, pero que venir ahora a inmolar a la Universidad cuando otros tantos equipos han hecho lo mismo por necesidad o decisión sencillamente no es justo.
“Claro que aquí se deberían solicitar sedes y condiciones para todos los equipos de la Primera, ¿pero si lo hacemos ya qué? ¿vamos a jugar un torneo con cuatro o seis equipos? Este no es un problema nuevo tampoco y va más allá de nosotros”, finalizó el jerarca.
Así es como la U “recibirá” a la S el domingo a las 3 p. m. en Tibás.