Saprissa inauguró ayer su nueva cancha sintética y ya alista nuevas mejoras en el estadio: siguen más trabajos de pintura, arreglo del techo oeste y la iluminación, entre otras obras.
El equipo morado planea completar las remodelaciones de aquí a julio del año próximo. En la lista de pendientes también está sustituir todas las sillas de plateas y palcos, algunas de las cuales tienen más de una década.
El estadio mostraba ayer los primeros trabajos de pintura en algunas de las paredes internas, con el tono morado que caracteriza la era de Jorge Vergara.
Víctor Badilla, gerente deportivo, recordó que todas la inversión proviene de recursos propios. “No utilizamos ningún crédito ni alianzas con otras empresas. Esto es un gran esfuerzo a nivel económico y de organización”, comentó ayer antes del encuentro con Marathón.
Aunque el verde de la nueva cancha relucía bajo los reflectores, el estadio muestra deterioro en algunas partes. Por ejemplo, la iluminación está rezagada con respecto a otros escenarios.
La cancha y trabajos complementarios, como drenajes y nivelación del terreno, consumieron $1 millón (¢515 millones).
Vacío. El equipo estrenó su nueva alfombra bajo una lluvia persistente y ante poco público.
Todavía 20 minutos antes del partido el gerente Badilla confiaba en que más aficionados se iban a acercar pese al clima y a los malos resultados de los últimos juegos.
“Esperamos que por lo menos se llenen las dos graderías de sombra y que haya cerca de 6 ó 7 mil personas”, comentó el funcionario.
Sin embargo, al momento del pitazo inicial el panorama era menos optimista. El público se concentró en las tribunas de sombra, sin llenarlas; en el sur estaba el grupo de siempre y en el norte no había prácticamente nadie.