El descalabro de Saprissa en este cierre del Invierno tiene dos conclusiones claras: primero, que hay un antes y un después de la apertura de su “hospital”; segundo, que su banquillo no estuvo a la altura de las necesidades del guion.
En las 11 fechas en las que los morados mantuvieron prácticamente su plantel ajeno a las lesiones, el equipo promedió un 76% de rendimiento adornado con el invicto y un liderato incuestionable.
Siete victorias y cuatro empates (tres de ellos como visitante) lo colocaron como el mejor conjunto de la primera vuelta, en la que jugó bajo el cobijo del Estadio Nacional, pero bastó que se alejaran del Coloso para que todo cambiara.
El estreno del remozado Ricardo Saprissa coincidió con la primera lesión de la S en esta maratón de bajas y también con la más seria, dejando fuera a Mynor Escoe del Invierno y muy posiblemente también del Verano próximo.
Su ausencia, sin embargo, se equiparó con la puesta a punto de Diego Madrigal tras una fractura de clavícula, lo que aligeró el golpe de perder el talento del “77”.
Pero entonces llegaron las dudas por la derecha: ahí donde ni Luis Diego Cordero ni Deyver Vega supieron quitar el cartel de vacante en la ofensiva tibaseña.
Rónald González improvisó a David Ramírez por ahí (aún cuando él siempre defendió que lo suyo es estar en el área) para tratar de arreglar el problema y de paso abrirle el paso a Josué Martínez en la titular, un experimento que le dejó poquísimo a la S.
Martínez solo anotó un gol desde entonces y Ramírez, que para ese momento llevaba seis en la cuenta, apenas sumó una celebración más antes de caer lesionado.
Radical. Ese resultado fallido por relevar a Escoe fue solo el primero de una larga lista que acompañó a casi todos los demás intentos por paliar una ausencia, una norma que, de paso, se trajo abajo el talante del Saprissa esta temporada.
En el “después” de la salida del atacante los morados ganaron cinco juegos y perdieron los otros cuatro, un balance que dejó un 55% de rendimiento y despidió el invicto y también ese longevo liderato.
La nueva salida de Diego Madrigal, la ausencia de David Ramírez y más tarde también de Martínez y la baja incluso de otros relevos como Juan Bustos, solo vinieron a agravar la crisis y a dejar claro que la profundidad y el aporte del banquillo no fue, ni es, el esperado.
De todos los relevos, los únicos que se escapan de esa crítica son Kendall Waston, Juan Diego Madrigal (como lateral) y algunas veces David Guzmán, después de ahí, y especialmente en ataque, a Saprissa le faltaron recursos, sino que lo diga ese tercer lugar.